tag:blogger.com,1999:blog-5570389330216721932024-03-05T00:15:20.854-08:00ZONA5813Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.comBlogger6125tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-53062157154978976702014-10-06T11:16:00.000-07:002014-10-06T11:23:14.669-07:00CyberMagick<br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFdJI4lOnVW4QIGqo-sW0DNiIx3uluabWWSsOBLVxcq0b9LIMVp85s8ZQcQG6uTyVkEQ8r1qtgrRQizmiCfnWiWIK33L1OuiltzqeDdzEVo86SoozP0LD-Az4xCSmCqsAmwdXbpVDo73Vg/s1600/cyber-space-series.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhFdJI4lOnVW4QIGqo-sW0DNiIx3uluabWWSsOBLVxcq0b9LIMVp85s8ZQcQG6uTyVkEQ8r1qtgrRQizmiCfnWiWIK33L1OuiltzqeDdzEVo86SoozP0LD-Az4xCSmCqsAmwdXbpVDo73Vg/s1600/cyber-space-series.jpg" /></a></div>
<br /><i>de Philip H. Farber</i><br />
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Internet está creciendo rápidamente, y toda clase de posibilidades se hacen manifiestas. Por una parte, la proliferación de chismes, la publicidad, y los medios de comunicación en el espacio cibernético son un poder que aumenta las presiones del condicionamiento cultural, distrayendo al Internauta común de su Voluntad o potencial real. Por otra parte, la estructura y recursos de la red puede proveer algunas herramientas para contrarrestar esas distracciones y permitirle al mago involucrarse en re-condicionamiento y deprogramaciones que se eligen por propia voluntad.<br />
<a name='more'></a>Mientras que hay algunos que mantienen que el contacto humano del ritual "in situ" es esencial, mantengo que el contacto en línea ofrece un equivalente pero a la vez diferente modo de interacción. Los millones de personas que diariamente se involucran en actividades cibersexuales declaran que poderosas experiencias tales como excitación, exaltación, y orgasmo son fácilmente alcanzadas.<br />
Independientemente de que apruebes/involucres o no en tales actividades, un tur rápido por la web te dará una pauta de cómo el erotismo en línea funciona.<br />
Menciono cibersexo sólo como un ejemplo extremo para ilustrar cómo los participantes de la red pueden influenciarse los unos a los otros con gran facilidad. Mi mayor crítica a tales actividades, sin embargo, es su desperdicio de energía e intención no orientados. Hay una cantidad enorme de información e interacción a todo nivel, pero tenemos que preguntarnos, "¿Cuáles son los resultados?" "¿Qué es lo que estamos creando?"<br />
En una edición de la revista USA Weekend, declara que el físico que inventó el html y la Web estaba convencido de que ' la red formaba una inteligencia artificial. Él no es el único en haber expresado esta opinión aparentemente de ciencia ficción. En una entrevista hace un par de años atrás, Génesis P-Orridge dijo lo siguiente:<br />
GPO: Una de las teorías con la que estamos trabajando es de que hay cuatro cerebros. El ADN, es el primer cerebro, al que llamamos la Nanosfera. Luego el cerebro humano personal que es la Neurosfera. La conciencia grupal, el cerebro social o tribal, es la Kaosfera. Luego Internet y todas las computadoras que son, en cierto sentido, un todo. Literalmente la totalidad de un cerebro se construye, no es una metáfora de un cerebro, realmente es un cerebro. La llamamos la Psicosfera. Lo que estamos efectivamente pensando es que cuando tú te conectas y estás en línea, en realidad te pones en contacto con toda la materia gris de todas los demás personas que han estado allí, algunas de ellas psicóticas y paranoicas, otras con ansias de control, y otras muy benignas. Pero no es implícitamente benigno. Llevando esto más allá, sugerimos que cuando una cantidad suficiente de personas cree en algo, ese algo se convierte en una deidad. A un cierto punto puede separarse de su origen y puede llegar a ser dueño de sus propios asuntos. Se puede física o psíquicamente manifiestar separado de su fuente, lo que originalmente el cerebro humano es. Eso es lo qué va a ocurrir con el ciberespacio. Creamos a un dios, pero creamos a un dios con las fallas y los dones que todo el mundo en el planeta posee - millones de personas - y casi sin un orden propiamente unificado y sin un auténtico diálogo acerca del efecto psíquico, neurológico, social y económico que devendrá de esa aceleración y separación de este cerebro mayor. Este será el primer cerebro artificial integral que hayamos conocido".<br />
Cuando por primera vez oí a Genesis decir esto, pensé que era algo bastante provocativo, pero ahora, luego de estar años observando a "la civilización en línea",he llegado a la conclusión de que este es un modelo justo de la situación. Al ser partes integrales de la Psicosfera, es algunas veces difícil para nosotros de ver cómo interactuamos con ella - algo así como de no ver el bosque por culpa de los árboles, quizás. Explorar cómo interactuamos también puede demostrarnos cómo la Psicosfera "recuerda" cosas y actúa a propia voluntad. Mis observaciones han conducido a los siguientes postulados:<br />
Postulado #1: Cada experiencia que tienes en línea te afecta y cambia en mayor o menos grado. (Tal como en el espacio "normal", cada impresión que aceptes de tu mundo "real" te cambiará hasta cierto punto. En el caso de poderosas impresiones, o aquellas que te sacuden, persuaden, inducen, aclaran conceptos, etc., tal influencia en tu conciencia es fácil de detectar. En el caso de experiencias más sutiles, es mas difícil de detectar, pero arraigándose y subsistiendo en tu conciencia de igual forma.. Estas pequeños cambios pueden ser acumulativos, o puede sólo ofrecer un pequeño impacto, pero ocurre un cambio en tu conciencia de todas maneras. Por ejemplo si en un Chat room te aburre el tema que están tratando, puedes comunicarte inconscientemente con otros, pasando a otra tema - si hay algo que te enfada, tu conciencia puede transformar este en tensión muscular u otra actividad, lo cual continuará cambiando tu conciencia por un período de tiempo, así afectando tus subsiguientes acciones. Asimismo, si estás contento o feliz con algo con lo que te encuentras en línea, provoca liberación muscular y cambio en la conciencia. Y, de igual modo, a niveles inconscientes tú respondes a las pautas sutiles que otros envían.)<br />
Postulado #2: Cada acción que efectúas en el ciberespacio afecta la Psicosfera indefinidamente. El cambio en la conciencia, sea este pequeño o grande, irradia fuera de tu campo de acción. Si tus acciones o palabras proyectan felicidad, entonces ésa felicidad se propaga en ondas desde ese punto de acción.)<br />
Postulado #3: La memoria de la Psicosfera tiene lugar en tu sistema nervioso y tu cuerpo humano, y los sistemas nerviosos y los cuerpos humanos de todos los demás elementos de la comunidad, así como también en la memoria digital de las computadoras. Si te enojas con algo en línea, la Psicosfera recordará ese trastorno al momento en que tú lo experimentes, las ondas se extenderán desde ese punto y serán "recordadas" en la conciencia de aquellos que las encuentren. Las ondas mismas se convierten en archivos de memoria, propagándose indefinidamente, aunque de forma atenuada, a través la Psicosfera.)<br />
Postulado #4: Cambiar tu conciencia deliberadamente y provocar actos conscientemente escogidos en relación a la Psicosfera puede efectuar cambios en la conciencia colectiva. (Cualquier "cambio en conformidad con la Voluntad" afectará la Psicosfera.)<br />
Postulado #5: Actuar armónicamente o conformidad con tu Verdadera Voluntad tendrá como consecuencia armonizar o purificar la conciencia general de la Psicosfera. (En nuestros organismos, una célula que esté operando en conformidad con su propia Voluntad Verdadera, su código genético y determinada función en el cuerpo humano, tendrán tendencia a soportar y aumentar el confort, la efectividad, y la salud general del todo. Una célula que se desvíe de su Voluntad Verdadera reprimirá la salud y la acción del todo, y ciertamente, puede ser considerada una enfermedad en si misma. Asimismo, los elementos de la Psicosfera - nosotros - funcionando según nuestra Voluntad Verdadera, en armonía con nosotros mismos, dará soporte a la salud y confort de la Psicosfera en su totalidad.)<br />
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Invocando la Psicosfera<br />
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Con el concepto de la Psicosfera en mente la idea de realizar un ritual mágico en el ciberespacio se vuelve algo más creíble. En lugar de tener en cuenta las herramientas y conceptos usuales de la magia offline, podemos comenzar a ensamblar componentes rituales que realmente están frente a nosotros, las herramientas y realidades del mundo online, nuestras computadoras, monitores, modems, líneas telefónicas, nuestro software, etc.<br />
Cuando nosotros participamos en el ciberespacio, el grupo de gente encontrándose en un room o canal crea a un web o network que se extiende a lo largo de una parte de la superficie planetaria. De este modo es una web de puntos que sugiere una esfera. Esta web semiesférico puede llenar un lugar en nuestro ritual de forma parecida al círculo del ritual offline. Internet representa un microcosmo de la entera Psicosfera y las mentes humanas que interactúan en su interior.<br />
En las webs microcósmicos de nuestros rituales online, podemos aislar y conjurar cualidades, deidades y mitologías tal como el mago offline llena su círculo y mente con una invocación específica. Mi hipótesis es que tal invocación puede producir sincronicidades dentro de la matrix de la Psicosfera. Recuerda que la Psicosfera incluye las mentes de humanos que interactúan con ella, y los efectos sincrónicos pueden parecer originarse de humanos individuales, o de la Psicosfera en general. Uno puede además especular de que si suficiente cantidad de grupos conjuran una bastante grande variedad de cualidades, los efectos sincrónicos pueden servir al propósito de integrar estas cualidades en la Psicosfera, proveyendo a la entidad total un equilibrado y holístico contenido además de acción. Llevando esa especulación aun más lejos, cada grupo puede despertar la "inteligencia" de cualquier cualidad que conjuren dentro de la Psicosfera, y una cantidad adecuada de grupos dedicándose a una suficiente cantidad de diferentes cualidades pueden servir para despertar la totalidad de la Psicosfera. Como partes individuales de la Psicosfera, las mentes humanas y los grupos rituales, despiertan a su Voluntad Verdadera, quizá la Psicosfera misma puede encontrar su Voluntad.<br />
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Un Método Simple de Invocación<br />
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0. Aísla tu área o lugar virtual dentro de la Psicosfera. Es decir, no permitas la participación de personas ajenas al grupo ritual.. Destierra a los no participantes del área de convención. Cada individuo del mismo modo puede proscribir el ambiente físico desterrando a los no participantes por medio de apagar cualquier tipo de potenciales distracciones como son la televisión, estéreo o teléfono.<br />
1. Cada participante cambiará la configuración en su monitor, si es posible de forma acordada de antemano, por ejemplo, elevando o bajando el contraste, dándole más brillo a la imagen o haciéndola más oscura que lo normal<br />
2. Cada participante escribirá una X en la ventana general del chat room para informar que están conectados. Cuando cada participante haya completado esto, se puede dar comienzo con una invocación apropiada. Esto puede ser cambiado para lograr un efecto cíclico un poco parecido a la circunvalación en el ritual offline. Es decir, alfabéticamente en base al nombre de cada usuario (o cualquier secuencia que el grupo elija de antemano) cada persona puede escribir su X consecutivamente, y así va repitiendo la secuencia por turnos.<br />
3. El grupo se divide en unidades más pequeñas de dos (en salas privadas del chat room). Cada miembro de la unidad más pequeña toma su turno proyectando la cualidad que ha sido escogida, como sigue:<br />
a) La primera persona que va a proyectar imagina detalles sensoriales bien definidos de la cualidad a ser proyectada. Si esa calidad es, por ejemplo, Prosperidad, entonces esa persona pensará en aquello que en su propia vida podría llegar a parecerse a la prosperidad, cómo podría sentirse, o que sabor u olor tendría. A medida que se logra un estado mental puro de cada modo sensorial, él puede enviar un mensaje privado a su socio con expresando éstas sensaciones, imaginándose o experimentando al mismo tiempo que está proyectando a su socio esas cualidad sensorial a través de la pantalla. Por ejemplo, él podría escribir "Ve a la Prosperidad", "oye Prosperidad", "sienten Prosperidad", "huele Prosperidad" etc,. Finalmente, cuando todos los modos sensoriales han sido proyectados, él escribirá simplemente la palabra clave, "prosperidad". El socio permanecerá receptivo e imaginará o experimentará él recibe estas cualidades de parte de su socio. Los socios entonces cambiarán los roles y repiten todo lo anterior.<br />
b) Una variante con polaridades puede ser usada para intensificar la experiencia. Si la cualidad escogida es una que fácilmente puede ser dividida en un par de opuestos, entonces los socios se alternarán proyectando esas cualidades contrarias el uno al otro. Por ejemplo, si el antiguo dios Pan está siendo invocado, entonces la polaridad de "todo Devorador" y "todo Procreador" puede ser usada. Un socio proyecta las experiencias de devorar, experimentando los modos sensoriales (como en a). Entonces el otro socio proyecta devorar. Después el primero proyecta engendramiento, y así sucesivamente, a fin de que cada socio haya proyectado y haya recibido cada cualidad polar. Entonces la total experiencia "Pan" es primero proyectada por un socio, luego por el otro.<br />
4. El grupo entonces reanuda la sesión y cada participante proyecta esa cualidad que han aislado, escribiendo esa palabra clave en la ventana del chat general e imaginando o experimentando esa cualidad fluyendo e imbuyendo la entera Web microcósmica que los participantes han creado.<br />
5. Realizado esto, cada participante otra vez escribirá una X, en secuencia si una secuencia ha sido usada al principio.<br />
6. Los participantes configurarán sus monitores a su modo normal. El trabajo es entonces cerrado y el área de trabajo o ritual debería desocuparse inmediatamente. El subsecuente debate puede llevarse a cabo en otro sitio.<br />
7. El grupo puede elegir subir a Internet un registro del ritual en un lugar clave para usar como referencia. Los participantes individuales pueden desear agregar sus reacciones y descripciones, en archivos separados.. De este modo, los grupos pueden revisar rituales pasados y pueden decidir lo que fue efectivo y que lo que no fue, y por consiguiente mejorar esta clase de ritual.<br />
Esto sugiere un método muy básico de trabajar con la Psicosfera. Más métodos complejos o más estéticos son ciertamente posibles con este paradigma. Trabajando una serie de estos rituales a través de un sistema microcósmico como la cábala, el tarot o I Ching puede proveer resultados por demás satisfactorios tanto para los participantes como para la Psicosfera. Los devotos de tradiciones preexistentes pueden elegir añadirle su cualidad o su mitología a la Psicosfera. Es decir, un adorador de Shiva puede, efectivamente, llegado a ser un sacerdote de Shiva en el espacio cibernético, un mediador de la naturaleza de Shiva de la Psicosfera.<br />
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Exploraciones Futuras<br />
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A pesar de que estoy seguro de que el texto permanecerá como el medio dominante de comunicación en la web, lo más avanzado hasta la fecha incluye la integración de video y audio.. Hasta el momento, el potencial mágico de la videoconferencia permanece en su mayor parte inexplorado. Espero, en un futuro próximo, conducir algunos experimentos que hagan uso de la tecnología del videoconferencia.<br />
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<i>fuente:ZonadelCaos</i></div>
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Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-25880574765175982832014-10-04T11:41:00.000-07:002014-10-04T11:41:26.074-07:00VISLUMBRES DE LA VERDAD<em>1914</em><br />
<em>(Escrito por uno del círculo de Gurdjieff en Moscú)</em><br />
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Extraños sucesos, incomprensibles desde el punto de vista ordinario, han guiado mi vida. Me refiero a los sucesos que influyen en la vida interior de un hombre, cambiando radicalmente su dirección y meta, y creando nuevas épocas en ella. Los llamo incomprensibles porque su conexión fue clara sólo para mí. Fue como si, persiguiendo una meta definida, una persona invisible hubiera colocado en el camino de mi vida circunstancias que, en el momento mismo de mi necesidad, las encontré ahí como por azar. Guiado por tales sucesos, desde mis primeros años me acostumbré a observar con gran penetración las circunstancias que me rodeaban, a tratar de captar el principio que las conectaba, y a encontrar en sus interrelaciones una explicación más amplia y más completa. Debo decir que en cada resultado exterior, la causa escondida que lo evocaba era lo que más me interesaba.<br />
Un día, de esta misma y aparentemente extraña manera, me encontré cara a cara con el ocultismo, y me interesé en él como si fuera un sistema filosófico, profundo y armonioso.<br />
Pero en el preciso momento que había alcanzado algo más que el mero interés, de nuevo perdí tan pronto como la había encontrado, la posibilidad de proseguir con su estudio sistemático.<br />
En otras palabras, fui abandonado enteramente a mis propios recursos. Esta pérdida parecía un fracaso sin sentido, pero más tarde la reconocí como un paso necesario en el curso de mi vida, y un paso lleno de profundo significado. Sin embargo, este reconocimiento llegó mucho más tarde. No me desvié sino que seguí adelante bajo mi propia responsabilidad y riesgo. Se me presentaron obstáculos insuperables, forzando mi retirada. Vastos horizontes se abrieron a mi vista y al apresurarme a menudo resbalé o me encontré enredado. Habiendo perdido, al parecer, lo que había descubierto, permanecí dando vueltas en el mismo lugar, como rodeado de niebla. Al buscar hice muchos esfuerzos y un trabajo aparentemente inútil, recompensado inadecuadamente por los resultados. Hoy veo que ningún esfuerzo quedó sin recompensa y que cada error sirvió para guiarme hacia la verdad.<br />
<a name='more'></a>Me sumergí en el estudio de la literatura oculta y sin exageración puedo decir que no solamente leí, sino dominé paciente y perseverantemente la mayor parte del material disponible, tratando de captar el sentido y comprender lo que estaba oculto entre líneas. Todo esto sólo sirvió para convencerme de que nunca lograría encontrar en los libros lo que buscaba; aunque vislumbré el esquema de una estructura majestuosa, no la pude ver precisa y claramente.<br />
Busqué a quienes podrían tener intereses en común con los míos. Algunos parecían haber encontrado algo, pero al hacer una revisión más profunda, me di cuenta que ellos, como yo mismo, andábamos a tientas en la obscuridad. Yo esperaba todavía encontrar finalmente lo que necesitaba; buscaba un hombre en vida capaz de darme más de lo que yo podría encontrar en un libro. Perseverante y obstinadamente busqué, y después de cada fracaso, la esperanza revivía de nuevo y me conducía a una nueva búsqueda. Con esta idea visité Egipto, la India y otros países. Entre aquellos que encontré hubo muchos que no dejaron huella, pero algunos fueron de gran importancia.<br />
Pasaron varios años; entre mis conocidos se contaban algunos con quienes, por nuestros intereses comunes, estaba yo ligado de una manera más duradera. Uno que estaba en contacto cercano conmigo era un cierto A. Los dos habíamos pasado no pocas noches sin dormir, devanándonos los sesos sobre varios pasajes de un libro que no comprendíamos y buscando explicaciones apropiadas. De esta manera habíamos llegado a conocernos íntimamente. <br />
Pero durante los últimos seis meses yo había empezado a notar, primero a intervalos espaciados y luego más frecuentemente, algo raro en él. No era que me hubiera dado la espalda pero parecía haberse enfriado respecto a la búsqueda, la cual no había dejado de ser vital para mí. Al mismo tiempo, veía que él no la había olvidado. A menudo él expresaba pensamientos y hacía comentarios que se volvían completamente comprensibles sólo después de larga reflexión. Hice hincapié en esto más de una vez pero él siempre evadía muy hábilmente conversaciones sobre este tema.<br />
Debo confesar que esta creciente indiferencia de A., quien había sido el inseparable compañero de mi trabajo, me llevó a reflexiones sombrías. En una ocasión le hablé abiertamente sobre eso, apenas recuerdo en qué forma. <br />
"¿Quién te dijo," objetó A., "qué te estoy abandonando? Espera un poco y verás claramente que estás equivocado."<br />
Pero por alguna razón, ni estas observaciones ni otras, que en aquel momento me parecieron extrañas, captaron mi interés. Quizá porque estaba ocupado en reconciliarme con la idea de mi completo aislamiento.<br />
Y así continuó. Es tan sólo ahora que veo cómo, a pesar de una aparente capacidad de observación y de análisis, de una manera imperdonable no noté el principal factor que estaba continuamente frente a mis ojos. Pero dejemos que los hechos hablen por sí solos.<br />
Un día, a mediados de noviembre, pasé la tarde con un amigo mío. La conversación versaba sobre un asunto de poco interés para mí. Durante una pausa en la conversación, mi anfitrión dijo: "A propósito, conociendo tu interés en el ocultismo, pienso que un artículo en el Golos Moksvi de hoy (La Voz de Moscú) te interesaría." Y señaló un artículo titulado:<br />
"De aquí y de allá en el teatro."<br />
Dando un breve resumen, hablaba sobre el argumento de un misterio medieval, La Lucha de los Magos; un ballet escrito por G. I. Gurdjieff, un orientalista que era bien conocido en Moscú. La mención del ocultismo, el título mismo y el contenido del argumento, suscitaron en mí gran interés, pero ninguno de los presentes podía dar más información acerca de ello.<br />
Mi anfitrión, un perspicaz aficionado al ballet, admitió que en su círculo no conocía a nadie que correspondiera a la descripción dada en el artículo. Lo recorté con su permiso y me lo llevé.<br />
No los quiero cansar exponiendo las razones que me impulsaron a interesarme en este artículo. Pero fue a consecuencia de ellas que tomé la firme resolución, el sábado por la mañana, de encontrar a toda costa al señor Gurdjieff, el escritor del argumento.<br />
Esa misma noche, cuando vino A., le mostré el artículo. Le dije que tenía la intención de buscar al señor Gurdjieff, y le solicité su opinión.<br />
A. leyó el artículo y mirándome de soslayo, me dijo: "Bien, que tengas éxito. En cuanto a mí, no me interesa. ¿No hemos tenido ya bastante de tales cuentos?" Y puso el articulo a un lado con aire de indiferencia. Tal actitud hacia este asunto fue tan desalentadora que desistí y me encerré en mis pensamientos; A. también estaba pensativo. Nuestra conversación se detuvo.<br />
Hubo un largo silencio, interrumpido por A., quien puso su mano sobre mi hombro.<br />
"Mira," dijo, "no te ofendas. Tuve mis propias razones para contestarte como lo hice, las que te explicaré más tarde. Pero primero te haré algunas preguntas que son tan serias' —enfatizó la palabra "tan"— "que no puedes saber cuan serias son."<br />
Algo asombrado por esta declaración, respondí; "Haz tu pregunta."<br />
"Hazme el favor de decirme, ¿por qué deseas encontrar a este señor Gurdjieff? ¿Cómo lo buscarás.'' ¿Cuál será tu meta?<br />
Y si tu búsqueda tiene éxito, ¿de qué manera te acercarás a él?"<br />
AI principio con desgano pero alentado por la seriedad de la, actitud de A., así como por las preguntas que ocasionalmente me hacía, expliqué la dirección de mi pensar.<br />
Cuando terminé A. repasó lo que yo había dicho y añadió; "Puedo decirte que no vas a encontrar nada."<br />
"¿Cómo puede ser?" repliqué. "Me parece que el argumento del ballet, La Lucha de los Magos, aparte de estar dedicado a Geitzer, no es tan insignificante que su autor pueda perderse sin dejar huella alguna."<br />
"No se trata del autor. Puedes encontrarlo. Pero él no hablará contigo como lo podría hacer," dijo A.<br />
Esto me encolerizó: "¿Por qué te imaginas que él...?' "Yo no imagino nada," interrumpió A. <br />
"Yo sé, pero para no mantenerte en suspenso te diré que conozco este argumento bien, muy bien. Lo que es más, conozco a su autor, el señor Gurdjieff, personalmente, y lo conozco hace mucho tiempo. El modo que has elegido para encontrarlo podría conducirte a conocerlo, pero no de la manera que desearías. Créeme, si me permites un pequeño consejo amistoso, espera un poco más. Trataré de arreglarte un encuentro con el señor Gurdjieff, en la forma que quieras ... Bien, debo partir."<br />
En medio del mayor asombro, lo detuve. "¡Espera! No te puedes ir aún. ¿Cómo llegaste a conocerlo? ¿Quién es? ¿Por qué nunca me hablaste antes de él?"<br />
"No tantas preguntas," dijo A. "Me niego categóricamente a contestarlas ahora. A su debido tiempo contestaré. Mientras tanto, tranquiliza tu mente; te prometo hacer lo que pueda para presentarte."<br />
A pesar de mis más insistentes demandas, A. se negó a contestar, añadiendo que era en mi propio interés no demorarlo más tiempo.<br />
El domingo, alrededor de las dos, A. me telefoneó y dijo brevemente: "Si quieres, puedes estar en la estación del ferrocarril a las siete de la noche." "¿Y a dónde iremos?" pregunté.<br />
"Donde el señor Gurdjieff," respondió, y colgó.<br />
"Ciertamente no guarda ceremonias conmigo," me cruzó por la mente. "Ni siquiera me preguntó si podía ir, y sucede que tengo algunos asuntos importantes esta noche. Además no tengo idea de cuan lejos tenemos que ir. ¿Cuándo estaremos de regreso? ¿Cómo lo explicaré en casa?" Pero luego decidí que no era probable que A. hubiese pasado por alto las circunstancias de mi vida; así que los asuntos "importantes" rápidamente perdieron su importancia y empecé a esperar la hora fijada. En mi impaciencia, llegué a la estación casi una hora antes y esperé la llegada de A.<br />
Finalmente apareció. "Ven rápido," me dijo, apresurándome. "Tengo los boletos. Me demoré y estamos atrasados."<br />
Un portero nos seguía con algunas cajas grandes. "¿Qué es eso?" le pregunté a A. "¿Nos ausentaremos por un año?" "No," contestó riendo. "Regresaré contigo; las cajas no nos conciernen."<br />
Tomamos nuestros asientos y como estábamos solos en el compartimiento, nadie turbó nuestra conversación.<br />
"¿Vamos lejos?" pregunté.<br />
A. mencionó uno de los lugares de recreo cerca de Moscú y añadió:<br />
"Para ahorrarte preguntas, te diré todo lo posible; aunque lo principal será sólo para tí. Por supuesto, tienes razón en estar interesado en el señor Gurdjieff como persona, pero te diré sólo algunos hechos externos sobre él, para orientarte. En cuanto a mis opiniones personales acerca de él, guardaré silencio, para que puedas recibir tus propias impresiones más plenamente. Regresaremos a este asunto más tarde."<br />
Instalándose confortablemente en su asiento, empezó a hablar.<br />
Me dijo que el señor Gurdjieff había pasado muchos años recorriendo el Oriente con un propósito definido, y había estado en lugares inaccesibles a los europeos; que hacía dos o tres años había llegado a Rusia y desde entonces vivía en San Petersburgo, dedicando sus esfuerzos y su conocimiento principalmente a su propio trabajo. No hacía mucho tiempo se había trasladado a Moscú y había arrendado una casa de campo cerca de la ciudad, para así poder trabajar en retiro, sin ser molestado. De acuerdo con un ritmo conocido solamente por él, visitaba Moscú periódicamente, regresando de nuevo a su trabajo después de cierto intervalo. Él no creía necesario, a mi entender, hablar a sus conocidos de Moscú acerca de su casa de campo y no recibía a nadie ahí.<br />
"En cuanto a la manera en que llegué a conocerlo," dijo A., "hablaremos de eso en otra ocasión. Eso también está muy lejos de lo común."<br />
A. prosiguió diciendo que al poco tiempo de conocer al señor Gurdjieff, le había hablado de mí y deseaba presentarnos; no solamente había rehusado sino que hasta le había prohibido a A. decirme cualquier cosa acerca de él. Debido a mis persistentes pedidos de conocer al señor Gurdjieff y mi propósito de lograrlo, A. había decidido solicitárselo una vez más. Lo había visto, después de dejarme la noche anterior, y el señor Gurdjieff, después de hacerle muchas preguntas detalladas sobre mí, estuvo de acuerdo en verme y él mismo propuso que A. me llevase a su casa de campo esa noche.<br />
"A pesar de conocerte por tantos años," dijo A., "él seguramente te conoce mejor que yo, por lo que le he contado de tí. Ahora te das cuenta de que no fue sólo imaginación cuando te dije que no podías obtener nada en la manera ordinaria. No te olvides, se ha hecho una gran excepción en tu caso y ninguno de los que lo conocen han estado a donde vas ahora. Aun sus más allegados no sospechan que existe su retiro. Debes esta excepción a mi recomendación, así que por favor no me pongas en una posición embarazosa."<br />
Varias preguntas más. quedaron sin respuesta de A., pero cuando le pregunté acerca de La Lucha de los Magos, me contó su contenido bastante detalladamente. Cuando le pregunté acerca de algo que me impactó como incongruente, A. Me dijo que el mismo señor Gurdjieff hablaría de eso, si lo considerase necesario.<br />
Esta conversación provocó en mí una multitud de pensamientos y conjeturas. Después de un silencio, me dirigí hacia A. con una pregunta. A. me miró algo perplejo y después de una corta pausa dijo: "Recoge tus pensamientos o te pondrás en ridículo. Ya casi llegamos. No me hagas lamentar el haberte traído. Recuerda lo que dijiste ayer acerca de tu meta."<br />
Después de esto no dijo más.<br />
En la estación bajamos del tren en silencio y me ofrecí a cargar una de las cajas. Pesaba por lo menos treinta y cinco kilos y la caja que cargaba A. probablemente pesaba otro tanto. Un trineo de cuatro asientos nos esperaba. Silenciosamente tomamos nuestros asientos y viajamos en el mismo profundo silencio todo el camino. Después de aproximadamente quince minutos el trineo paró delante de una reja. En el fondo del jardín era apenas visible una casa de campo de dos pisos. Precedidos por el cochero que llevaba el equipaje, entramos por la reja abierta y caminamos hacia la casa a lo largo de un sendero limpio de nieve. La puerta estaba entreabierta.<br />
A. tocó el timbre.<br />
Después de un momento, una voz preguntó: "¿Quién es?" A. dio su nombre. "¿Cómo está usted?" replicó la misma voz a través de la puerta entreabierta. El cochero llevó las cajas al interior de la casa y volvió a salir. 'Tasaremos ahora," dijo A., quien parecía haber estado esperando algo.<br />
Atravesamos un oscuro pasillo hacia una antesala apenas alumbrada. A. cerró la puerta después que pasamos; no había nadie en el cuarto. "Cuelga tus cosas," dijo brevemente, señalando un perchero. Nos quitamos los abrigos.<br />
"Dame tu mano; no tengas miedo, no te caerás." Cerrando firmemente la puerta detrás de él, A. me guió hacia un cuarto completamente oscuro. El piso estaba cubierto con una alfombra blanda sobre la cual nuestros pasos no hacían ruido. Al estirar mi mano libre en la oscuridad, sentí una pesada cortina que corría a todo lo largo de lo que parecía ser un cuarto grande, formando una especie de pasadizo hacia una segunda puerta. "Mantén presente tu meta," susurró A., y levantando un tapiz colgado delante de una puerta, me empujó hacia un cuarto iluminado.<br />
En el lado opuesto a la puerta un hombre de mediana edad estaba sentado contra el muro sobre una otomana, con los pies cruzados a la usanza oriental; fumaba en un narguile de forma extraña que estaba sobre una mesa frente a él. Al lado del narguile había una tacita de café. Éstas fueron las primeras cosas que llamaron mi atención.<br />
Cuando entramos, el señor Gurdjieff —ya que era él— levantó su mano y mirándonos tranquilamente nos saludó con una inclinación de cabeza. Luego me invitó a sentarme, señalando la otomana al lado de él. La tez delataba su origen oriental. Sus ojos atrajeron especialmente mi atención, no tanto por los ojos mismos como por la manera en que me miró al saludarme; no como si me viera por primera vez sino como si me hubiera conocido bien y por mucho tiempo. Me senté y miré alrededor del cuarto. El aspecto era tan poco común para un europeo, que quiero describirlo más detalladamente. No había ninguna superficie que no estuviera cubierta, ya sea por tapices o por colgaduras de toda clase. Una enorme alfombra cubría todo el piso de este amplio cuarto. Hasta las paredes estaban cubiertas de tapices que también colgaban de puertas y ventanas; el cielo raso estaba cubierto con antiguos chales de seda de resplandecientes colores, asombrosamente bellos en sus combinaciones. .Éstos estaban recogidos en un extraño diseño hacia el centro del techo. La luz estaba escondida detrás de una pantalla de vidrio opaco, de forma peculiar, semejante a una enorme flor de loto, la cual producía un difuso resplandor blanco.<br />
Otra lámpara que daba una luz similar, estaba en un sitio alto, a la izquierda de la otomana sobre la cual estábamos sentados. Contra la pared izquierda había un piano vertical cubierto con tapices antiguos que le camuflaban su forma de tal manera, que sin los candeleros no hubiera podido adivinar lo que era. En la pared, arriba del piano, dispuestos sobre un gran tapiz, colgaba una colección de instrumentos de cuerda de extrañas formas, entre los que también había flautas. Otras dos colecciones adornaban también la pared. Una de armas antiguas con algunas hondas, yataganes, dagas y otras cosas estaban detrás y encima de nuestras cabezas. En la pared de enfrente, suspendidas por finos alambres blancos, estaban arregladas en un grupo armonioso algunas antiguas pipas talladas.<br />
Debajo de esta última colección, en el piso contra la pared, había una larga fila de grandes cojines cubiertos con un solo tapiz. En el rincón izquierdo, al final de la fila, había una estufa holandesa cubierta con una tela bordada. El rincón derecho estaba decorado con una combinación de colores particularmente bellos; allí colgaba un icono de San Jorge el Victorioso, adornado con piedras preciosas. Debajo de éste se encontraba una vitrina en la cual había varias pequeñas estatuas de marfil de diferentes tamaños; reconocí a Cristo, Buda, Moisés y Mahoma; al resto no los pude ver muy bien.<br />
Contra la pared derecha había otra otomana que tenía a cada lado dos pequeñas mesas de ébano talladas y en una de ellas había una cafetera con un calentador. Por el cuarto varios cojines y escabeles estaban diseminados en cuidadoso desorden. Todos los muebles estaban adornados con borlas, con bordados en oro y joyas. En general el cuarto producía una impresión extrañamente acogedora, la cual se acrecentaba por un delicado perfume que se mezclaba agradablemente con el aroma del tabaco.<br />
Habiendo examinado el cuarto, volví mis ojos hacia el señor Gurdjieff. Él me miró y yo tuve la clara impresión de que me tomaba en la palma de su mano y me pesaba. Sonreí involuntariamente y él volvió la cabeza con calma y sin prisa. Mirando a A. le dijo algo. No me volvió a mirar de esta manera y la impresión no se repitió.<br />
A. estaba sentado en un gran cojín al lado de la otomana, en la misma postura que el señor Gurdjieff, la cual parecía que había llegado a ser habitual para él. En ese momento se levantó y tomando dos grandes cuadernillos de papel y dos lápices de una pequeña mesa, dio uno al señor Gurdjieff y se quedó con el otro. Señalando la cafetera, me dijo: "Cuando quiera café, sírvase. Voy a tomar un poco ahora." Siguiendo su ejemplo me serví una taza y regresando a mi lugar, la puse al lado del narguile en la mesita.<br />
Después me dirigí al señor Gurdjieff y tratando de expresarme tan breve y precisamente como me fue posible, expliqué por qué había venido. Después de un corto silencio, el señor Gurdjieff dijo: "Bueno, no perdamos tiempo valioso," y me preguntó lo que yo realmente quería.<br />
Para evitar repeticiones, destacaré algunas peculiaridades de la conversación que siguió. <br />
Antes que nada, debo mencionar una circunstancia algo extraña, de la que no me di cuenta en el momento, quizá porque no tuve tiempo de pensar en ella. El ruso que hablaba el señor Gurdjieff no era ni Huido ni correcto. A veces, buscaba durante un largo rato las palabras y expresiones que necesitaba, y constantemente le pedía ayuda a A. Le decía dos o tres palabras y A. parecía atrapar su pensamiento en el aire, desarrollarlo y completarlo, y darle una forma inteligible para mí. Parecía conocer muy bien el tema en discusión. Cuando hablaba el señor Gurdjieff, A. lo observaba con atención. Con una palabra el señor Gurdjieff le mostraba algún nuevo significado, y rápidamente cambiaba la dirección del pensamiento de A.<br />
Por supuesto, el conocimiento que A. tenía de mí le ayudó mucho a posibilitarme el comprender al señor Gurdjieff. Muchas veces con una sola insinuación, A. evocaba toda una categoría de pensamientos. Sirvió como una especie de transmisor entre el señor Gurdjieff y yo. Al principio el señor Gurdjieff tenía que recurrir constantemente a A., pero mientras el tema se ampliaba y desarrollaba, abarcando nuevos ámbitos, el señor Gurdjieff se dirigía menos y menos a menudo hacia A. Su hablar fluía con mayor libertad y naturalidad; las palabras necesarias parecían surgir por sí solas, y yo hubiera podido jurar que, hacia el final de la conversación, hablaba un ruso clarísimo y sin acento, sucediéndose sus palabras con fluidez y calma; éstas eran ricas en color, símiles, vividos ejemplos, amplias y armoniosas perspectivas.<br />
Además, ambos ilustraban la conversación con varios diagramas y series de números, que tomados en conjunto formaban un elegante sistema de símbolos, una especie de escritura, en la que un número podía expresar un grupo entero de ideas. Citaban numerosos ejemplos de física y mecánica y, sobre todo, traían material de química y matemáticas.<br />
A veces el señor Gurdjieff se dirigía hacia A. con un corto comentario que se refería a algo con lo cual A. estaba familiarizado y ocasionalmente mencionaba nombres. A. indicaba, con un movimiento de cabeza, que había comprendido y la conversación proseguía sin interrupción. También me di cuenta que mientras A. me enseñaba, estaba aprendiendo él mismo.<br />
Otra peculiaridad era que muy raras veces tenía que hacer preguntas. Tan pronto como surgía una pregunta y antes de que pudiese ser formulada, el desarrollo del pensamiento ya había dado la respuesta. Era como si el señor Gurdjieff hubiera anticipado y conocido de antemano las preguntas que pudieran surgir. Una o dos veces cometí el error de preguntar acerca de algún tema sobre el cual no me había tomado la molestia de aclararlo por mí mismo. Pero hablaré de esto en el lugar apropiado.<br />
La mejor comparación que se puede hacer de la línea general de la corriente de la conversación es con una espiral. Al tomar el señor Gurdjieff alguna idea principal, y luego de ampliarla y profundizarla, completaba el ciclo de su razonamiento volviendo al punto de partida, el cual yo veía, por así decirlo, debajo de mí, más ampliamente y en mayor detalle.<br />
Un nuevo ciclo, y nuevamente había una idea más clara y más precisa de la amplitud del pensamiento original.<br />
No sé lo que hubiera podido sentir si me hubiese visto obligado a hablar tete a tete con el señor Gurdjieff. La presencia de A. y su calma y seria actitud investigadora hacia la conversación, debió haberme impresionado sin darme cuenta.<br />
Tomado en conjunto, lo que se dijo me produjo un gozo inexpresable que nunca antes había experimentado. Los contornos de este edificio majestuoso que habían sido oscuros e incomprensibles para mí, ahora estaban claramente delineados, y no sólo los contornos sino también algunos detalles de la fachada.<br />
Me gustaría describir, aunque sólo fuera aproximadamente, la esencia de esta conversación.<br />
¿Quién sabe si no pudiera ayudar a alguien en una posición similar a la mía? Tal es el propósito de mí bosquejo.<br />
"Usted conoce la literatura oculta," empezó el señor Gurdjieff, "así que me referiré a la fórmula que usted conoce de la Tabla de Esmeralda: Como arriba, así abajo. Es fácil empezar a construir las bases de nuestra discusión a partir de esto. Al mismo tiempo debo decir que no hay necesidad de utilizar el ocultismo como base para acercarse a la comprensión de la verdad. La verdad habla por sí misma en cualquiera de las formas en que se manifieste. Esto lo comprenderá plenamente sólo con el tiempo, pero hoy quiero darle al menos una pizca de comprensión. Así que repito, empiezo con la fórmula oculta porque es con usted con quien hablo. Sé que ha tratado de descifrar esta fórmula. Sé que la 'comprende'. Pero la comprensión que tiene ahora es solamente un reflejo lejano y difuso del brillo divino.<br />
"No le hablaré acerca de la fórmula misma y no voy a analizarla ni descifrarla. Nuestra conversación no tratará sobre el significado literal; sólo la tomaremos como punto de partida para nuestra discusión. Y para darle una idea de nuestro tema, puedo decir que quiero hablar acerca de la unidad total de cuanto existe: de la unidad en la multiplicidad. Quiero mostrarle dos o tres facetas de un cristal precioso y llamar su atención sobre las pálidas imágenes tenuemente reflejadas en ellas.<br />
"Yo sé que usted comprende algo acerca de la unidad de las leyes que gobiernan el universo, pero esta comprensión es especulativa, o más bien, teórica. No basta comprender con la mente, es necesario sentir con el ser la verdad absoluta y la inmutabilidad de este hecho; sólo entonces podrá decir conscientemente y con convicción lo sé."<br />
Tal fue el sentido de las palabras con las cuales el señor Gurdjieff empezó la conversación.<br />
Después procedió a describir vividamente la esfera en la que se mueve la vida de toda la humanidad, con un pensamiento que ilustró la fórmula Hermética que había citado. Por analogías pasó de los pequeños acontecimientos ordinarios en la vida de un individuo a los grandes ciclos en la vida de toda la humanidad. Por medio de tales paralelos subrayó la acción cíclica de la ley de analogía dentro de la esfera diminuta de la vida terrestre Después, de la misma manera pasó de la humanidad a lo que yo llamaría la vida de la tierra, representándola como un enorme organismo semejante al del hombre, y en términos de la física, de la mecánica, de la biología, y así sucesivamente. Observé que la iluminación de su pensamiento se enfocaba más y más en un punto. La conclusión inevitable de todo lo que decía era la gran ley de la triunidad; la ley de los tres principios de acción, resistencia y equilibrio: los principios activo, pasivo y neutralizante. Luego, apoyándose en el sólido fundamento de la tierra y armado con esta ley, la aplicó, en un audaz vuelo de pensamiento, a todo el sistema solar.<br />
Entonces su pensamiento dejó de moverse hacia esta ley de la triunidad, y ya desde ella, la enfatizó más y más y la manifestó en el escalón más cercano al hombre, el de la Tierra y el Sol. Después, con una corta frase, pasó más allá de los límites del sistema solar. Primero, los datos astronómicos deslumbraban, luego parecían amenguarse y desaparecer ante la infinidad del espacio. Quedó sólo un gran pensamiento, surgiendo de la misma gran ley. Sus palabras sonaban lentas y solemnes, y al mismo instante parecían disminuir y perder su significado.<br />
Detrás de ellas se podía sentir el pulso de un tremendo pensamiento.<br />
"Hemos llegado al borde del abismo sobre el cual la razón humana ordinaria jamás podrá tender un puente. ¿Siente usted cuan superfinas e inútiles se han vuelto las palabras? ¿Siente usted ahora qué impotente es por sí misma la razón? Nos hemos acercado al principio de todos los principios." Dicho esto, se quedó en silencio y con la mirada pensativa.<br />
Hechizado por la belleza de este pensamiento, había cesado gradualmente de escuchar las palabras. Podría decir que las. sentía, que capté su pensamiento no con la razón sino por intuición. El hombre, muy abajo, estaba reducido a la nada, y desaparecía sin dejar huella alguna. Estaba lleno de un sentido de proximidad al Gran Inescrutable y con la profunda conciencia de mi propia nadidad.<br />
Como si hubiera adivinado mis pensamientos, el señor Gurdjieff preguntó: "Empezamos con el hombre y ¿dónde está? Pero la ley de la unidad es grande y omnímoda. Todo en el Universo es uno, la diferencia es sólo de escala; en lo infinitamente pequeño encontraremos las mismas leyes que en lo infinitamente grande. Como es arriba, así es abajo.<br />
"Arriba, el sol se ha levantado sobre las cumbres de las montañas: el valle permanece todavía en la oscuridad. Así la razón al trascender la condición humana, contempla la luz divina, mientras que para quienes moran abajo todo es oscuridad. Otra vez repito, todo en el mundo es uno; y puesto que la razón también es una, la razón humana constituye un poderoso instrumento para la investigación.<br />
"Ahora, habiendo llegado al principio, descendamos a la tierra de la cual vinimos, y encontraremos su lugar en el orden de la estructura del Universo. ¡Mire!"<br />
Hizo un solo dibujo y, refiriéndose de paso a las leyes de la mecánica, delineó el esquema de la construcción del Universo. Con números y cifras, en armoniosas y sistemáticas columnas, empezó a aparecer la multiplicidad dentro de la unidad. Las cifras empezaron a revestirse de significado, las ideas antes muertas empezaron a cobrar vida. Una y la misma ley gobernaba todo; con una comprensión llena de alegría seguí el desarrollo armonioso del Universo. Su esquema surgió de un Gran Principio y terminó con la tierra.<br />
Mientras expresaba esto, el señor Gurdjieff hizo notar la necesidad de lo que él llamaba un "shock" que desde afuera llegaba a un lugar dado, conectando los dos principios opuestos en una unidad equilibrada. Esto correspondía al punto de aplicación de una fuerza en un sistema equilibrado de fuerzas en la mecánica.<br />
"Hemos alcanzado el punto al que está ligada nuestra vida terrestre, dijo el señor Gurdjieff, "y por ahora no iremos más lejos. Para examinar más de cerca lo que acaba de decirse y enfatizar una vez más la unidad de las leyes, tomaremos una escala simple y la aplicaremos ampliada proporcionalmente a la medida del microcosmos." Me pidió escoger algo conocido de estructura regular, tal como el espectro de la luz blanca, la escala musical, etc. Después de reflexionar escogí la escala musical.<br />
"Ha hecho una buena elección," dijo el señor Gurdjieff. "En efecto, la escala musical, en la forma que existe ahora, fue construida en los tiempos antiguos por quienes poseían conocimiento, y usted comprenderá cuánto puede contribuir esto a la comprensión de las leyes principales."<br />
Dijo algunas palabras sobre las leyes de la estructura de la escala, y sobre todo subrayó los espacios, como él los llamaba, en cada octava entre las notas mi y fa y también entre el si de una octava y el do de la siguiente. Entre estas notas faltan semitonos, tanto en las escalas ascendentes como en las descendentes. Mientras que en el desarrollo ascendente de la octava, las notas do, re, fa, sol y la pueden pasar a los próximos tonos más altos, las notas mi y si están privadas de esta posibilidad. Explicó cómo estos dos espacios, de acuerdo a ciertas leyes que dependen de la ley de la triunidad, son llenados por nuevas octavas de otros órdenes, desempeñando estas octavas dentro de los espacios un papel similar al de los semitonos en el proceso evolucionarlo o involucionario de la octava. La octava principal era similar al tronco de un árbol extendiendo ramas de octavas subordinadas. Las siete notas principales de la octava y los dos espacios "portadores de nuevas direcciones", daban un total de nueve eslabones de una cadena, o tres grupos con tres eslabones cada uno.<br />
Después de esto se dirigió al esquema estructural del Universo, del cual separó el "rayo" cuyo curso pasaba por la tierra.<br />
La poderosa octava original, cuyas notas, de una fuerza aparentemente siempre decreciente, incluían al sol, a la tierra y a la luna, inevitablemente había descendido, de acuerdo a la ley de la triunidad, a tres octavas subordinadas. Aquí el papel de los espacios en la octava y las diferencias en su naturaleza fueron definidas y aclaradas para mí. De los dos intervalos, mi-fa y si-do, uno era más activo —más correspondiente a la naturaleza de la voluntad— mientras que el otro desempeñaba la parte pasiva. Los "shocks" del esquema original que no era del todo claro para mí, regían también aquí, y aparecían bajo una luz nueva.<br />
En la división de este "rayo", el lugar, el papel y el destino de la humanidad llegaron a aclararse. Más aún, las posibilidades del hombre individual se hicieron más aparentes.<br />
"Le puede parecer," dijo el señor Gurdjieff, "que al tener como meta la unidad, nos hemos desviado un poco hacia el aprender acerca de la multiplicidad. Sin duda comprenderá lo que le explicaré ahora. Al mismo tiempo estoy seguro que esta comprensión se referirá principalmente a la parte estructural de lo que está expuesto. Trate de fijar su interés y atención no en su belleza, ni en su armonía, ni en su ingeniosidad —y ni aun este lado lo comprenderá por completo— sino en el espíritu, en lo que yace escondido detrás de las palabras, en el contenido interno. De otra manera verá solamente formas, desprovistas de vida. Bueno, verá una de las facetas del cristal y si su ojo pudiera percibir el reflejo en él, se acercaría más a la verdad misma."<br />
Entonces el señor Gurdjieff empezó a explicar la forma en la cual las octavas fundamentales se combinan con octavas secundarias subordinadas a éstas; cómo estas octavas secundarias, a su vez, emiten nuevas octavas del orden siguiente y así sucesivamente. Yo podría compararlo al proceso de crecimiento, o más propiamente, a la formación de un árbol. Surgiendo de un recto y vigoroso tronco se extienden ramas que producen a su vez pequeñas ramas y ramitas, y después aparecen hojas; hasta se podía sentir el proceso de la formación de las nervaduras.<br />
Debo admitir que, de hecho, mi atención estaba principalmente atraída hacia la armonía y la belleza del sistema. Además de las octavas que crecían, como ramas de un tronco, el señor Gurdjieff señaló que cada nota de cada octava aparece, desde otro punto de vista, como una octava completa. Esto era cierto en todas partes. Podría comparar estas octavas "interiores" con las capas concéntricas de un tronco de árbol que encajan una dentro de la otra.<br />
Todas estas explicaciones fueron dadas en términos muy generales. Enfatizaban la conformidad de la estructura a leyes. Sin los ejemplos que las acompañaban habrían podido parecer más bien teóricas. Los ejemplos les daban vida y a veces me pareció que realmente comenzaba a adivinar lo que estaba escondido detrás de las palabras. Vi que en la consistencia de la estructura del universo, todas las posibilidades, todas las combinaciones, sin excepción, habían sido previstas; la infinidad de infinidades estaba anunciada. Sin embargo, al mismo tiempo, no pude verla, porque mi razón vacilaba ante la inmensidad del concepto.<br />
Nuevamente me embargó una sensación dual: la cercanía de la posibilidad de todo saber, y la conciencia de su inaccesibilidad.<br />
Una vez más oí las palabras del señor Gurdjieff haciendo eco a mis sentimientos: "Ninguna razón ordinaria basta para permitir a un hombre apoderarse del Gran Conocimiento, y convertirlo en su posesión inalienable. Sin embargo, le es posible. Pero primero debe sacudirse el polvo de los pies. Se necesita enormes esfuerzos, trabajos tremendos, para adquirir alas con las cuales es posible elevarse. Es mucho más fácil dejarse llevar por la corriente, pasar con ella de una octava a otra; pero esto toma muchísimo más tiempo que, solo, desear y hacer. El camino es duro, a cada paso el ascenso es más y más empinado, y así continúa, pero la fuerza de uno también aumenta. El hombre se templa, y con cada paso ascendente su perspectiva se vuelve más amplia. Sí, efectivamente existe la posibilidad."<br />
Sin duda vi que esta posibilidad existía. A pesar de no saber aún lo que era, vi que allí estaba.<br />
Encuentro difícil poner en palabras lo que se volvía más y más comprensible. Vi que el reino de las leyes, que ahora se tomaba aparente para mí, era en realidad omnímodo; lo que a primera vista parecía ser violación de la ley, visto más de cerca, sólo la confirmaba. Se podría decir, sin exageración, que mientras "las excepciones confirman la regla", al mismo tiempo no eran excepciones. Para los que pueden comprender, diría que, en términos pitagóricos, reconocí y sentí cómo la Voluntad y el Destino —esferas de acción de la Providencia— coexisten mientras compiten mutuamente; cómo, sin mezclarse o separarse, se entreveran. No alimento esperanza alguna de que palabras tan contradictorias puedan dar a entender o aclarar lo que comprendo; al mismo tiempo, no puedo encontrar nada mejor.<br />
"Usted ve," prosiguió el señor Gurdjieff, "quien posee una comprensión total y completa del sistema de octavas, como podría llamarse, posee la clave de la comprensión de la Unidad, puesto que comprende todo lo visto —todos los acontecimientos, todas las cosas en su esencia— porque conoce su lugar, causa y efecto.<br />
"Al mismo tiempo usted ve claramente que esto consiste en un desarrollo más detallado del esquema original, una representación más precisa de la ley de la Unidad y que todo lo que hemos dicho y lo que vamos a decir, no es sino el desarrollo de la idea principal de la unidad.<br />
Que una clara, completa y distinta conciencia de esta ley es precisamente el Gran<br />
Conocimiento al cual me he referido.<br />
"Para quien posee tal conocimiento no existen especulaciones, suposiciones e hipótesis. <br />
Expresado en forma más definida, conoce todo por medida, número y peso', Todo en el Universo es material: por lo tanto el Gran Conocimiento es más materialista que el materialismo.<br />
"Al echar un vistazo a la química, esto se hará más inteligible." Demostró cómo la química, al estudiar la materia de varias densidades, sin el conocimiento de la ley de octavas, contiene un error que afecta los resultados finales. Sabiendo esto y haciendo ciertas correcciones, basadas en la ley de octavas, estos resultados se ponen en total acuerdo con aquellos hallados por cálculos matemáticos. Además señaló que la idea de simples substancias y elementos en la química contemporánea, no puede ser aceptada desde el punto de vista de la química de las octavas, la cual es "química objetiva". La materia es la misma en todas partes; sus diferentes cualidades dependen sólo del lugar que ocupa en una determinada octava, y del orden de la octava misma.<br />
Desde este punto de vista, no puede servir como modelo la noción hipotética del átomo como una parte indivisible de una substancia o elemento simple. Un átomo de una densidad dada, un individuum que realmente existe, debe ser tomado como la más pequeña cantidad de la substancia examinada que conserve todas aquellas cualidades —químicas, físicas y cósmicas— que lo caracterizan como una cierta nota de una octava definida. Por ejemplo, en la química contemporánea no hay un átomo de agua, puesto que el agua no es una substancia simple sino un compuesto químico de hidrógeno y oxígeno. Sin embargo, desde el punto de vista de la "química objetiva", un "átomo" de agua es un último y definitivo volumen de ella, visible aun a simple vista. El señor Gurdjieff añadió:<br />
"Ciertamente que por ahora usted tiene que aceptar esto a base de confianza. Pero aquellos que buscan el Gran Conocimiento bajo la guía de uno que ya lo posee, tienen que trabajar personalmente para probar y verificar por investigación lo que son estos átomos de materia de diferentes densidades."<br />
Yo lo vi todo en términos matemáticos. Llegué a convencerme claramente que todo en el Universo es material y que todo puede ser medido numéricamente de acuerdo a la ley de octavas. El material esencial desciende en una serie de distintas notas de varias densidades.<br />
Estas fueron expresadas en números combinados de acuerdo a ciertas leyes, y lo que había parecido inconmensurable fue medido. Se aclaró lo que había sido mencionado como cualidades cósmicas de materia. Para mi gran sorpresa, los pesos atómicos de ciertos elementos químicos fueron dados como ejemplo, con una explicación que mostraba el error de la química contemporánea.<br />
Fue demostrada, además, la ley de la construcción de los "átomos" en materia de varias densidades. Conforme progresaba esta presentación, pasamos casi sin darme cuenta hacia lo que podría llamarse "la octava de la Tierra" y así llegamos al lugar desde el cual habíamos empezado: en la tierra.<br />
"En todo lo que le he dicho," continuó el señor Gurdjieff, "mi propósito no era comunicarle ningún conocimiento nuevo. Por el contrario, sólo deseaba demostrar que el conocimiento de ciertas leyes posibilita al hombre, sin que se mueva de donde está, a contar, pesar y medir todo lo que existe, tanto lo infinitamente grande como lo infinitamente pequeño. Repito: todo en el Universo es material. Reflexione sobre estas palabras y comprenderá, al menos hasta cierto grado, por qué usé la expresión 'más materialista que el materialismo'... Ahora hemos conocido las leyes que rigen la vida del Microcosmos y hemos regresado a la tierra.<br />
Recuerde una vez más 'Como arriba, así abajo'.<br />
"Aun ahora creo que, sin más explicaciones, usted no discutiría el hecho de que la vida del individuo, el Microcosmos, está regida por esta misma ley. Pero vamos a seguir demostrándolo, tomando un solo ejemplo, en el cual ciertos detalles se aclararán. Tomemos una pregunta específica: el plan de trabajo del organismo humano, y examinémoslo."<br />
En seguida el señor Gurdjieff dibujó un esquema del cuerpo humano y lo comparó a una fábrica de tres pisos, representados por la cabeza, pecho y abdomen. Tomada en conjunto, la fábrica forma un todo completo. Esto es una octava de primer orden, similar a aquella con la cual empezó la investigación del Macrocosmos. Cada uno de los pisos también representa una octava completa de segundo orden, subordinada a la primera. Así tenemos tres octavas subordinadas, las cuales otra vez son similares a aquellas en el esquema de la construcción del universo. Cada uno de los tres pisos recibe desde afuera, "alimento" de una naturaleza apropiada, lo asimila y lo combina con los materiales que ya han sido procesados, y de este modo la fábrica funciona para producir cierta clase de material.<br />
"Debo señalar," dijo el señor Gurdjieff, "que a pesar de que el plan de la fábrica es bueno y apropiado para la producción de este material, debido a la ignorancia de la alta administración, ésta maneja el negocio de una manera muy poco económica. ¿Cuál sería la situación de una empresa, con un vasto y continuo consumo de material, si la mayor parte de la producción se destina meramente al mantenimiento de la fábrica y al consumo y procesamiento del material? Lo que resta de la producción es gastado inútilmente y su propósito es desconocido. Es necesario organizar el negocio de acuerdo a un conocimiento exacto; y entonces traerá un fuerte ingreso neto que se puede gastar a discreción. Regresemos sin embargo a nuestro esquema"... y explicó que mientras el alimento del piso inferior es lo que come y bebe el hombre, el alimento del piso intermedio es el aire, y el del piso superior es lo que se podría llamar "impresiones".<br />
Estas tres clases de alimento, que representan materia de ciertas cualidades y densidades, pertenecen a octavas de órdenes diferentes.<br />
Aquí no pude dejar de preguntar "¿Y el pensamiento?" "El pensamiento es material, como todo lo demás," contestó el señor Gurdjieff. "Existen métodos por medio de los cuales es posible comprobar no solamente esto, sino también que el pensamiento, igual que todo lo demás, puede ser pesado y medido. Se puede determinar su densidad, y por lo tanto los pensamientos de un individuo se pueden comparar con los del mismo hombre en otras ocasiones. Se puede definir todas las cualidades del pensamiento. Ya le he dicho que todo en el Universo es material."<br />
Luego mostró cómo estas tres clases de alimento, recibidas en diferentes partes del organismo humano, entran en los puntos de partida de las octavas correspondientes, interconecta-das por cierto proceso de ley; por consiguiente cada una de ellas representa el do de la octava de su propio orden. Las leyes del desarrollo de las octavas son las mismas en todas partes.<br />
Por ejemplo, el do de la octava del alimento, el tercer do, al entrar al estómago pasa a re. A través del semitono correspondiente, y por medio del siguiente paso, a través de un semitono, a continuación se convierte en mí. Faltando este semitono, por medio de un desarrollo natural, mi no puede pasar independientemente a fa. Está ayudado por la octava del aire, la cual entra al pecho. Como ya se señaló, esta es una octava de un orden superior, y su do (el segundo do) al tener el necesario semitono para la transición a re, aparece para conectarse con el mi de la octava anterior y transmutarse en fa. Es decir, desempeña el papel del semitono faltante y sirve como shock para el desarrollo ulterior de la octava precedente.<br />
"No nos detendremos ahora," dijo el señor Gurdjieff, "a examinar la octava que empieza con el segundo do, ni tampoco la del primer do, que entra en un punto definido. Esto sólo complicaría la situación actual. Ahora hemos confirmado la posibilidad de un desarrollo ulterior de la octava de la cual hablamos, gracias a la presencia del semitono. Fa pasa a sol a través de un semitono y en realidad el material recibido aquí parece ser la sal del organismo humano; la palabra rusa para sal es sol. Esto es lo más alto que puede ser producida por ella."<br />
Volviendo a los números, de nuevo puso en claro su pensamiento en términos de sus combinaciones.<br />
"El desarrollo ulterior de la octava transfiere sol en la a través de un semitono, y ésta por medio de otro semitono en si. Aquí la octava se detiene nuevamente. Es preciso un nuevo shock para que si pase al do de una nueva octava del organismo humano.<br />
"Con lo que acabo de decir," continuó el señor Gurdjieff, "y nuestra conversación sobre la química, usted podrá sacar algunas conclusiones valiosas."<br />
En ese momento, sin esperar que se aclare un pensamiento que surgió en mi cabeza, pregunté algo acerca de la utilidad del ayuno.<br />
El señor Gurdjieff dejó de hablar. A. me lanzó una mirada de reproche y me di cuenta claramente y de inmediato cuan inapropiada había sido mi pregunta. Quise corregir mi error pero no tuve tiempo antes de que el señor Gurdjieff dijera:<br />
"Quiero enseñarle un experimento que le aclarará el asunto," pero después de intercambiar miradas con A. y preguntarle algo, dijo: "No, mejor más tarde," y después de un corto silencio continuó: "Veo que su atención está cansada, pero ya estoy casi al final de lo que quería decirle hoy. Tenía la intención de tocar de una manera muy general el curso del desarrollo del hombre, pero no es tan importante ahora. Vamos a postergar la conversación sobre eso hasta una ocasión más favorable."<br />
"De lo que usted dice, ¿puedo concluir," pregunté, "que me permitirá venir a verlo de vez en cuando y conversar acerca de las preguntas que me interesan?"<br />
"Ya que hemos empezado estas conversaciones," dijo él, "no tengo objeción en continuarlas.<br />
Mucho depende de usted. Lo que quiero decir con eso se lo explicará A. en detalle." Luego, al darse cuenta de que yo iba a volverme hacia A. para la explicación, añadió, "Pero ahora no, en otro momento. Por ahora, quiero decirle esto. Puesto que todo en el Universo es uno, por lo tanto, en consecuencia, todo tiene iguales derechos, así que desde este punto de vista se puede adquirir conocimiento con un estudio apropiado y completo, sin importar cuál sea el punto de partida. Sólo que uno debe saber cómo 'aprender'. Lo más cercano a nosotros es el hombre; y de todos los hombres, usted es el más cercano a usted mismo. Empiece con el estudio de usted mismo; recuerde el dicho 'Conócete a tí mismo'. Quizás este dicho ahora tenga un significado más inteligible para usted. Para empezar, A. le ayudará en la medida de su propia fuerza y la de usted. Le aconsejo que recuerde bien el esquema del organismo humano que le di. Algunas veces regresaremos a él en el futuro, profundizándolo más cada vez. Ahora A. y yo lo dejaremos solo por un momento, ya que tenemos un pequeño asunto que atender. Le recomiendo que no se quiebre la cabeza sobre lo que hemos hablado, sino dele un pequeño descanso. Aun si olvidara algo, A. se lo recordará después. Por supuesto sería mejor si no necesitara que se lo recuerde. Acostúmbrese a no olvidar nada. "Ahora, tómese una taza de café, que le hará bien."<br />
Cuando se fueron, seguí el consejo del señor Gurdjieff, y, sirviéndome café, permanecí sentado. Me di cuenta que el señor Gurdjieff había deducido de la pregunta acerca del ayuno que mi atención estaba cansada y me di cuenta que hacia el final de la conversación mi pensamiento se había vuelto más débil y más restringido. Por lo tanto, a pesar de mi fuerte deseo de revisar todos los diagramas y números una vez más, decidí darle a mi cabeza un descanso, para usar la expresión del señor Gurdjieff, y me senté con los ojos cerrados, tratando de no pensar en nada. Pero los pensamientos surgieron a pesar de. mi voluntad e intenté librarme de ellos.<br />
Cerca de veinte minutos después, A. entró sin que lo oyera, y preguntó: "Bueno, ¿y cómo estás?" No tuve tiempo de contestarle cuando la voz del señor Gurdjieff se oyó muy cerca diciéndole a alguien: "Haga como le he dicho y verá dónde está el error."<br />
Luego, levantando el tapiz que colgaba sobre la puerta, entró. Tomando el mismo lugar y la misma actitud que antes, se volvió hacia mí. "Espero que haya descansado, aunque sea un poco. Hablemos ahora de cualquier cosa sin ningún plan definido."<br />
Le dije que quería hacerle dos o tres preguntas que no tenían referencia inmediata con el tema de nuestra conversación, pero que podrían aclarar la naturaleza de lo que él había dicho.<br />
"Usted y A. han citado tanto de la información que proporciona la ciencia contemporánea, que surge espontáneamente la pregunta: ¿Es el conocimiento del que habla accesible a un hombre ignorante y sin educación?"<br />
"El material a que usted se refiere fue citado sólo porque le hablaba a usted. Usted comprende porque tiene cierta cantidad de conocimiento de estas materias. Éstas le ayudaron a comprender alguna cosa mejor. Solamente fueron dados como ejemplo. Esto se refiere a la forma de la conversación, pero no a su esencia. Las formas pueden ser muy diferentes. Ahora no diré nada acerca del papel y significado de la ciencia contemporánea. Este asunto podría ser el tema de otra conversación. Sólo diré esto: que el erudito mejor educado podría evidenciarse como un absoluto ignorante al compararlo con un pastor analfabeto que posee conocimiento. Esto suena paradójico, pero la comprensión de la esencia, sobre la cual el primero pasa largos años de investigación minuciosa, será alcanzado por este último en un grado incomparablemente superior durante la meditación de un día. Se trata de un modo de pensar, de la 'densidad del pensamiento'. Esta expresión no le dice nada a usted por el momento, pero con el tiempo se aclarará por sí misma. ¿Qué más quiere preguntar?"<br />
"¿Por qué está este conocimiento tan cuidadosamente oculto?"<br />
"¿Qué le impulsa a hacer esta pregunta?"<br />
"Algunas cosas que tuve la oportunidad de aprender en el curso de mi contacto con la literatura oculta," contesté.<br />
"Hasta donde puedo juzgar," dijo el señor Gurdjieff, "usted se refiere a la así llamada 'iniciación'. ¿Sí, o no ?" Contesté afirmativamente y el señor Gurdjieff prosiguió: "Sí, de hecho, mucho de lo que ha sido dicho en la literatura oculta es superfluo y falso. Más vale que olvide todo esto. Todas sus investigaciones en este terreno fueron un buen ejercicio para su mente: ahí radica su gran valor, pero sólo ahí. No le han dado conocimiento como usted mismo ha confesado. Juzgue todo desde el punto de vista de su sentido común. Conviértase en el poseedor de sus propias y consistentes ideas y no acepte nada basado en la fe; y cuando usted, usted mismo, por medio de un sólido argumento y raciocinio llegue a una firme convicción, a una plena comprensión de algo, habrá alcanzado cierto grado de iniciación.<br />
Reflexione más profundamente... Por ejemplo, hoy tuve una conversación con usted. <br />
Recuerde esta conversación. Piense y estará de acuerdo conmigo que en esencia no le he dicho nada nuevo. Usted ya lo sabía anteriormente. La única cosa que hice fue poner orden en su conocimiento. Lo sistematicé, pero usted lo tenía antes de verme. Se lo debe a los esfuerzos que ya hizo en este terreno. Fue fácil para mí hablarle gracias a él" —y señaló a A.— "porque él aprendió a comprenderme y porque lo conocía a usted. De su informe lo conocí a usted y a su conocimiento, y también cómo fue obtenido antes de que viniera a mí. Pero a pesar de todas estas condiciones favorables, puedo decir con confianza que todavía no ha dominado ni aun la centésima parte de lo que he dicho. Sin embargo, le he dado una pista que le señala la posibilidad de un nuevo punto de vista, el cual puede iluminar y reunir su conocimiento anterior. Y gracias a este trabajo, a su propio trabajo, usted será capaz de alcanzar una más profunda comprensión de lo que he dicho. Usted se 'iniciará' a sí mismo.<br />
"Dentro de un año posiblemente digamos las mismas cosas, pero usted no permanecerá durante este año con la esperanza de que vuelen a su boca pichones asados. Trabajará y su comprensión cambiará; estará más 'iniciado'. Es imposible darle a un hombre algo que pudiera volverse su propiedad inalienable sin trabajo de su parte. Tal iniciación no puede existir, pero desafortunadamente, la gente a menudo lo cree. Sólo existe 'autoiniciación'. Uno puede mostrar y dirigir, pero no 'iniciar'. Las cosas que encontró en la literatura oculta, con respecto a esta cuestión, han sido escritas por gente que ha perdido la clave de lo que transmitía, sin verificación alguna, de las palabras de otros.<br />
"Cada medalla tiene su reverso. El estudio del ocultismo ofrece mucho como entrenamiento para la mente, pero a menudo, desafortunadamente muy a menudo, la gente, infectada por el veneno del misterio, y teniendo como meta resultados prácticos, pero no poseyendo un pleno conocimiento de lo que se debe hacer ni cómo hacerlo, se daña a sí misma en forma irreparable. Se viola la armonía. Es cien veces mejor no hacer nada, que actuar sin conocimiento. Usted dijo que el conocimiento está oculto. No es así. No está oculto, pero la gente es incapaz de comprenderlo. ¿De qué serviría comenzar una conversación sobre matemáticas superiores con un hombre que no sabe nada de matemáticas? Simplemente no le entendería; y aquí el asunto es más complicado. Personalmente estaría muy contento si pudiera hablar ahora con alguien, sin tratar de adaptarme a su comprensión, de aquellos temas que me interesan. Pero si empezara a hablarle a usted de este modo, por ejemplo, me tomaría por un loco o algo peor.<br />
"La gente tiene muy pocas palabras para expresar ciertas ideas. Pero ahí, donde las palabras no importan, sino su fuente y el significado detrás de ellas, debería ser posible hablar de una manera sencilla. En la ausencia de comprensión esto es imposible. Usted tuvo hoy la oportunidad de comprobar esto por sí mismo. No hablaría a otra persona del mismo modo que hablé con usted porque no me entendería. Hasta cierto punto, usted ya se ha iniciado a sí mismo. Y antes de hablar, uno debe saber y ver hasta qué punto comprende un hombre. La comprensión viene sólo con trabajo.<br />
"Así que lo que usted llama 'el ocultar' es en realidad la imposibilidad de dar; de otra manera, todo sería bastante diferente. Si a pesar de esto los que saben empiezan a hablar, es inútil y bastante improductivo. Ellos hablan sólo cuando saben que el que escucha comprende."<br />
"Entonces, si por ejemplo, quisiera decirle a alguien lo que he aprendido de usted hoy, ¿objetaría usted?"<br />
"Vea usted," replicó el señor Gurdjieff, "desde el comienzo mismo de nuestra conversación, ya había previsto la posibilidad de continuarla. Por lo tanto le dije cosas que en caso contrario no se las hubiera dicho. Me adelanté a decírselas sabiendo que usted no está preparado para ellas ahora, pero con la intención de dar cierta dirección a sus reflexiones sobre estas cuestiones. Considerándolo más de cerca, estará convencido que así es en realidad.<br />
Comprenderá precisamente de qué estoy hablando. Si llega a esta conclusión, esto sólo será en beneficio de la persona con quien habla; podrá decir todo cuanto quiera. Entonces estará convencido de que algo inteligible y claro para usted es ininteligible para los que oyen. Desde este punto de vista, tales conversaciones serán útiles."<br />
"¿Y cuál es su actitud respecto a la ampliación del círculo de aquellos con los que se podrían empezar relaciones, al darles alguna indicación que pudiera ayudarles en su trabajo?" pregunté.<br />
"No tengo suficiente tiempo disponible para sacrificarlo sin estar seguro de que será útil. El tiempo es valioso para mí y lo necesito para mi trabajo; por lo tanto, no puedo ni quiero gastarlo improductivamente. Pero de esto ya le he hablado."<br />
"No, no pregunté pensando que usted hiciera nuevas relaciones, sino en el sentido de que se podrían dar ciertas indicaciones por medio de la prensa. Creo que tomaría menos tiempo que las conversaciones personales."<br />
"En otras palabras, usted quiere saber si las ideas podrían ser expuestas gradualmente, ¿quizá en una serie de bosquejos?"<br />
"Sí," contesté, "pero ciertamente no creo que sería posible aclarar todo, aunque sí me parece que sería posible indicar una dirección que condujera más cerca de la meta."<br />
"Usted ha tocado un tema muy interesante," dijo el señor Gurdjieff. "Frecuentemente lo he discutido con algunos de aquellos con quienes hablo. No vale la pena repetir ahora las consideraciones que fueron expresadas por ellos y por mí. Sólo puedo decir que lo decidimos afirmativamente, y ya desde el verano pasado. No me negué a tomar parte en este experimento, pero no pudimos hacerlo a causa de la guerra."<br />
Durante la corta conversación que siguió sobre este asunto, surgió en mi cabeza la idea de que si el señor Gurdjieff no tenía objeción en dar a conocer al público en general ciertos puntos de vista y métodos, también era posible que el ballet La Lucha de los Magos pudiera contener un significado oculto representando no sólo una obra de imaginación, sino un misterio. En este sentido le hice una pregunta mencionando que A. me había relatado el contenido de la puesta en escena.<br />
"Mi ballet no es un misterio," contestó el señor Gurdjieff. "Su propósito es presentar un interesante y bello espectáculo. Por supuesto bajo las formas visibles se oculta cierto significado, pero no pretendí demostrarlo ni enfatizarlo. El lugar principal en este ballet lo ocupan ciertas danzas. Le explicaré esto brevemente. Imagínese que al estudiar las leyes del movimiento de los cuerpos celestes, digamos los planetas del sistema solar, usted ha construido un mecanismo especial para la representación y registro de estas leyes. En este mecanismo cada planeta está representado por una esfera de tamaño apropiado y está colocado a una distancia estrictamente determinada de la esfera central, que representa al sol.<br />
Se pone en marcha el mecanismo, y todas las esferas empiezan a girar y a moverse en trayectorias definidas, reproduciendo de una manera que parece viva las leyes que gobiernan su movimientos. Este mecanismo le hace recordar su conocimiento.<br />
"De la misma manera, en el ritmo de ciertas danzas, en los movimientos y combinaciones precisos de los danzantes, se evocan vivamente ciertas leyes. Tales danzas se llaman sagradas.<br />
Durante mis viajes por el Oriente, con frecuencia he visto danzas de esta clase, ejecutadas durante la celebración de ritos sagrados en algunos de los templos antiguos. Estas ceremonias son inaccesibles y desconocidas para los europeos. Ciertas de estas danzas se reproducen en La Lucha de los Magos. Además, puedo decirle que en la base de La Lucha de los Magos, se hallan tres pensamientos; pero como no espero que sean comprendidos por el público, si presento el ballet solo, lo llamo simplemente un espectáculo." El señor Gurdjieff habló un poco más acerca del ballet y las danzas y luego prosiguió:<br />
"Tal es, en el pasado lejano, el origen de las danzas y su significado. Ahora le pregunto: ¿Ha sido preservado algo en esta rama del arte contemporáneo que pudiera evocar, por remoto que sea, su anterior gran significado y meta? ¿Qué se puede encontrar aquí sino trivialidad?'<br />
Después de un breve silencio, como esperando mi respuesta, y contemplando triste y pensativamente hacia adelante, continuó: "El arte contemporáneo en su conjunto no tiene nada en común con el antiguo arte sagrado... Quizás usted haya reflexionado sobre ello. ¿Cuál es su opinión?"<br />
Le expliqué que la cuestión del arte entre otras que me interesaban, ocupaba un importante lugar. Para ser preciso, estaba interesado no tanto en las obras, quiero decir en los resultados del arte, sino en su papel y significado en la vida de la humanidad. A menudo yo había discutido este asunto con los que parecían más versados en estos temas que yo: músicos, pintores y escultores, artistas y hombres de letras, y también con aquellos interesados simplemente en el estudio del arte. Llegué a escuchar una gran cantidad de opiniones de muchas clases, a menudo contradictorias. Algunos, en verdad pocos, consideraban el arte como un pasatiempo para aquellos que carecían de ocupación; pero la mayoría estaba de acuerdo en que el arte es sagrado y que su creación lleva en sí misma el sello de la divina inspiración. No tenía opinión formada que pudiera llamar mi firme convicción, y esta cuestión había permanecido abierta hasta ahora. Expresé todo esto al señor Gurdjieff tan claramente como pude; él escuchó mi explicación con atención y dijo:<br />
"Tiene razón en decir que hay muchas opiniones contradictorias sobre este tema. ¿No basta esto para probar que la gente no sabe la verdad? Donde está la verdad no puede haber diferentes opiniones. En la antigüedad, lo que ahora se llama arte servía a los propósitos del conocimiento objetivo. Y como dijimos hace un momento, hablando de danzas, las obras de arte representaban una exposición y un registro de las leyes eternas de la estructura del universo. Aquellos que se dedicaban a la investigación y por lo tanto adquirían el conocimiento de leyes importantes, las incorporaban en obras de arte, tal como ahora se hace en libros."<br />
En este punto, el señor Gurdjieff mencionó algunos nombres que eran en su mayoría desconocidos para mí y que he olvidado. Luego prosiguió: "Este arte no tenía como fin ni la 'belleza' ni el producir un parecido a alguien o algo. Por ejemplo, una antigua estatua creada por tal artista, no es ni una copia de la forma de una persona ni la expresión de una sensación subjetiva; es o la expresión de las leyes del conocimiento, en términos del cuerpo humano, o un medio de transmisión objetiva de un estado de la mente. La forma y la acción, en realidad toda la expresión, es de acuerdo a ley."<br />
Después de un corto silencio, durante el cual parecía estar reflexionando sobre algo, el señor Gurdjieff continuó: "Ya que hemos tocado el tema del arte, le contaré un episodio que sucedió recientemente y que le aclarará algunos puntos de nuestra conversación.<br />
"Entre mis conocidos de aquí, en Moscú, hay un compañero de mi primera infancia, un famoso escultor. Cuando lo visité, vi en su biblioteca varios libros sobre filosofía hindú y ocultismo. Durante la conversación, me di cuenta de que él estaba seriamente interesado en estas materias. Viendo cuan desamparado estaba al hacer cualquier examen independiente de estas cuestiones, y no deseando mostrar mi familiaridad con ellas, pedí a un hombre que a menudo había hablado conmigo sobre estos temas, un cierto P., que se interesara por este escultor. Un día P. me dijo que el interés del escultor en esas cuestiones era claramente especulativo, que su esencia no había sido tocada por ellas, y que veía poca utilidad en estas discusiones. Le aconsejé que desviara la conversación hacia un tema que concerniera más de cerca al escultor. A lo largo de lo que parecía una charla puramente casual, en la que yo estaba presente, P. dirigió la conversación hacia el tema de arte y creación, con lo cual el escultor explicó que él sentía la justeza de las formas escultóricas y preguntó: '¿Sabe usted por qué la estatua del poeta Gogol, en la Plaza Arbat, tiene una nariz excesivamente larga?' y relató cómo al mirar a esta estatua de lado, sintió que 'el suave fluir del perfil', como él lo expresó, estaba alterado en la parte superior de la nariz.<br />
"Deseando probar lo correcto de este sentimiento, decidió buscar la máscara mortuoria de Gogol, la cual encontró después de una larga búsqueda, en manos de un particular. Estudió la máscara y prestó especial atención a la nariz. Este examen reveló que probablemente, cuando se hizo la máscara se formó una pequeña burbuja justamente donde el suave fluir del perfil parecía haber sido alterado. El que hizo la máscara había llenado la burbuja, con mano inexperta, cambiando la forma de la nariz del escritor; así el diseñador del monumento, no dudando de lo correcto de la máscara, había proporcionado a Gogol una nariz que no era la suya.<br />
"¿Qué puede decirse de este incidente? ¿No es evidente que tal cosa sólo pudo suceder en ausencia de un conocimiento real?<br />
"Mientras un hombre utiliza la máscara plenamente convencido de su exactitud, el otro 'sintiendo' lo incorrecto de su ejecución, busca una confirmación a sus sospechas. Ninguno está en mejor situación que el otro.<br />
"Pero, con el conocimiento de las leyes de proporción en el cuerpo humano, no sólo se hubiera podido reconstruir la punta de la nariz, usando la máscara de Gogol, sino que todo su cuerpo se hubiera podido reconstruir exactamente como había sido. Investiguemos esto más detalladamente, para aclarar con exactitud lo que quiero decir, a partir de la nariz exclusivamente.<br />
"Hoy examiné brevemente la ley de la octava. Usted ha visto que con el conocimiento de esta ley, se conoce el lugar de todas las cosas, y viceversa, si el lugar es conocido, se conoce lo que existe allá y su calidad. Todo puede ser calculado, solamente que uno debe saber cómo calcular el paso de una octava a otra. El cuerpo humano, como cada cosa que es un todo, lleva en sí mismo esta regularidad de medida. De acuerdo con el número de notas de la octava y con los intervalos, el cuerpo humano tiene nueve medidas principales expresadas en números definidos. Para personas individuales, estos números varían muchísimo, por supuesto que dentro de ciertos límites. Las nueve medidas principales, al dar una octava entera del primer orden, se transmutan en octavas subordinadas, las cuales, por amplia extensión de este sistema subordinado, dan todas las medidas de cualquier parte del cuerpo humano. Cada nota de una octava es, en sí misma, una octava entera. Consecuentemente es necesario conocer las reglas de correlación y combinación y de transición de una escala a otra. Todo se combina por una indisoluble, inmutable regularidad de ley. Es como si alrededor de cada punto se agruparan nueve puntos adicionales, subordinados, y así sucesivamente hasta los átomos del átomo.<br />
"Conociendo las leyes del descenso, el hombre también conoce las leyes del ascenso, y consecuentemente no sólo puede pasar de octavas principales a las subordinadas, sino también viceversa. No sólo se puede reconstruir la nariz partiendo tan sólo de la cara, sino que también toda la cara y el cuerpo de un hombre pueden ser reconstruidos inexorable y exactamente a partir de la nariz. No hay búsqueda de belleza o de semejanza. Una creación no puede ser otra cosa que lo que es...<br />
"Esto es más exacto que las matemáticas, porque aquí uno no se encuentra con probabilidades, y se alcanza no por el estudio de las matemáticas, sino por un tipo de estudio mucho más profundo y más amplio. Lo que se necesita es la comprensión. En una conversación sin comprensión, es posible hablar durante décadas sobre las cuestiones más simples, sin llegar a resultado alguno.<br />
"Una pregunta simple puede revelar que un hombre no tiene la actitud de pensamiento requerida, y aun con el deseo de elucidar la pregunta, la falta de preparación y comprensión en el que escucha anula las palabras del que habla. Tal 'comprensión literal' es muy común.<br />
"Este episodio una vez más confirmó lo que sabía desde hace tiempo y había comprobado mil veces. Recientemente en Petersburgo hablé con un compositor bien conocido. En esta conversación vi claramente cuan pobre era su conocimiento en el dominio de la verdadera música, y cuan profundo el abismo de su ignorancia. Recuerde a Orfeo, quien enseñó el conocimiento por medio de la música, y comprenderá lo que yo llamo música verdadera o sagrada."<br />
El señor Gurdjieff prosiguió. "Para tal música se necesitará condiciones especiales, y entonces La Lucha de los Magos no sería un mero espectáculo. Como está ahora, habrá solamente fragmentos de la música que he oído en ciertos templos, y aun esa música verdadera no aportará nada a los oyentes, porque las claves para ella están perdidas y quizá nunca fueron conocidas en el Occidente. Las claves de todas las artes antiguas están perdidas, se perdieron hace muchos siglos. Por lo tanto, ya no hay un arte sagrado que incorpora leyes del Gran Conocimiento, sirviendo así para influenciar los instintos de la multitud.<br />
"Hoy en día no hay creadores. Los sacerdotes contemporáneos del arte no crean, sino imitan.<br />
Corren tras la belleza y semejanza o lo que es llamado originalidad, sin ni siquiera poseer el conocimiento necesario. Al no conocer y no ser capaces de hacer algo, puesto que andan a tientas en la oscuridad, son alabados por la multitud que los pone sobre un pedestal. El arte sagrado se desvaneció y dejó atrás sólo el halo que rodeó a sus servidores. Todas las palabras actuales acerca del chispazo divino, talento, genio, creación, arte sagrado, no tienen base sólida; son anacronismos. ¿Qué son estos talentos? Hablaremos acerca de ellos en una ocasión más apropiada.<br />
"O la artesanía del zapatero debe llamarse arte, o todo arte contemporáneo debe llamarse artesanía. ¿De qué manera un zapatero cosiendo zapatos de última moda y de bello diseño es inferior a un artista que tiene como meta la imitación u originalidad? Con conocimiento, la costura de zapatos puede ser también arte sagrado, pero sin él un sacerdote del arte contemporáneo es peor que un remendón" Las últimas palabras estaban cargadas »de énfasis.<br />
El señor Gurdjieff guardó silencio y A. no dijo nada.<br />
La conversación me había impresionado hondamente; sentí cuánta razón tenía A. al advertirme que para escuchar al señor Gurdjieff se requería más que el mero deseo de conocerlo.<br />
Mi pensamiento funcionaba con precisión y claridad. Miles de preguntas surgieron en mi mente pero ninguna correspondía a la profundidad de lo que había oído y por lo tanto me quedé callado.<br />
Miré al señor Gurdjieff. Levantó su cabeza lentamente y dijo: "Debo irme. Por hoy es suficiente. Dentro de media hora habrá caballos que los llevarán al tren. Acerca de los planes futuros, usted se enterará por A.," y, volviéndose a él, agregó, "Tome mi lugar como anfitrión.<br />
Desayune con nuestro huésped. Después de llevarlo a la estación, regrese... Bien, hasta la vista".<br />
A. cruzó el cuarto y tiró de un cordón escondido por una otomana. Un tapiz persa colgado de la pared se abrió, mostrando un gran ventanal. La luz de una mañana de invierno, clara y helada, inundó el cuarto. Esto me tomó por sorpresa; hasta ese momento no tuve noción de la hora.<br />
"¿Qué hora es?" exclamé.<br />
"Cerca de las nueve," replicó A. apagando las lámparas. Añadió sonriendo, "Como podrás ver, el tiempo aquí no existe."Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-45838044150223480522014-10-04T09:22:00.001-07:002014-10-04T11:11:54.825-07:00EL DESTINO DE LA ATLANTIDA<div>
PREFACIO <br />
<br /></div>
<div>
</div>
<div>
A Nicolás Roerich
(1874-1947), pintor, explorador y filósofo, a quien debemos estos versos
dedicados a una raza olvidada:</div>
<div>
<i>Nosotros no
sabemos. Pero ellas, </i>sí,<br />
<i>Las piedras lo saben,</i><br />
<i>y lo recuerdan.</i><br />
<i>Unas máquinas surcaban tos aires^</i><br />
<i>Un fuego liquido apareció,</i><br />
<i>y derramó su luz,</i><br />
<i>la chispa de la vida y de la muerte.</i><br />
<i>Masas de piedras surgieron</i><br />
<i>por la fuerza del espíritu.</i><br />
<i>Celaban las escrituras sus sabios secretos$</i><br />
<i>y ahora todo nos es revelado.<o:p></o:p></i></div>
<div>
</div>
<div>
<b><br /></b>
<b>PREFACIO</b></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>Las páginas
que siguen están escritas a lo largo de esa huidiza frontera que separa la
ciencia de la fantasía. Heinrich Schliemann
paseaba, con <st1:personname productid="la Il■ada" w:st="on">la Ilíada</st1:personname></i> <i>de Homero en la mano, cuando
encontró la legendaria Troya. El profesor Hermann Oberth me confesó que la lectura de </i>De <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> a <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname>, <i>de Julio Verne, le indujo a convertir una novela en fórmulas de
cohetes. La ficción de hoy será la realidad de mañana.</i></div>
<div>
<i>Esta obra se
propone atraer la atención de los medios científicos y del gran público sobre
uno de los grandes misterios de este mundo. ¿Dejó <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
depósitos de oro y otros tesoros enterrados bajo las Pirámides y <st1:personname productid="la Esfinge" w:st="on">la Esfinge</st1:personname>, como pretende una
antigua tradición?</i><br />
<i>Con motivo de <st1:personname productid="la Exposicin Internacional" w:st="on">la Exposición Internacional</st1:personname> de 1964, se enterró en
Nueva York una cápsula conteniendo 44 objetos,
testigos de nuestra época. Nuestros predecesores históricos pudieron haber
actuado del mismo modo, legando a las edades futuras objetos y manuscritos de
inapreciable valor.<o:p></o:p></i></div>
<div>
<i>En 1967, <st1:personname productid="la Repblica" w:st="on">la República</st1:personname> Árabe
Unida y los Estados Unidos acometieron conjuntamente él «Proyecto de las Pirámides»,
cuyo objeto es someter estos edificios a las radiaciones cósmicas, a fin de
determinar la existencia y la situación exacta de criptas secretas. Las
exploraciones en profundidad realizadas en Gizeh podrían culminar en un gran
descubrimiento arqueológico.</i><o:p></o:p></div>
<div>
<i>En nuestra
época, en que la ciencia realiza progresos sin parangón en el pasado, parece
llegado el momento de explorar ciertos terrenos desconocidos a fin de anticipar
y estimular nuevos descubrimientos.</i><br />
<i>En sus investigaciones, el autor no ha dejado de inspirarse en el precepto
de Galüeo: «Libremente interrogar y libremente
responder.»<o:p></o:p></i></div>
<div>
</div>
<a name='more'></a><div>
<br />
EL DESTINO DE <st1:personname productid="LA ATLANTIDA" w:st="on">LA ATLANTIDA</st1:personname>
</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>EL MAR Y EL VOLCÁN DESATAN SU
FUROR CONTRA <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">LA TIERRA</st1:personname></i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
«En un instante, el cielo se volvió
completamente negro, y, al instante siguiente, lo vi
convertido en un ascua de fuego. La oscuridad y su rápida transformación
sobrepasaban todo lo imaginable; si insistiera sobre ello, no se me creería.»
Así escribía un testigo de la erupción del Krakatoa en
1833 (1)</div>
<div>
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>La isla de Krakatoa,
situada entre Sumatra y Java, fue literalmente
levantada, provocando un desgarro del suelo submarino. Una ola de más de
treinta metros de altura proyectó grandes buques y pequeñas embarcaciones sobre
las costas ribereñas. El fragor de la erupción se oyó hasta en Australia, y la
atmósfera sufrió perturbaciones en toda la extensión del globo terrestre.</div>
<div>
«La caída cegadora de piedras y
arena, la intensa oscuridad, sólo interrumpida por el incesante fulgor de los
relámpagos, el constante y sordo rugido del volcán, producían en nosotros una
impresión aterradora», cuenta este marino, que asistía al desastre.</div>
<div>
Una noche de febrero de 1966, me
encontraba yo a bordo de un paquebote que atravesaba el estrecho de <st1:personname productid="la Sonda" w:st="on">la Sonda</st1:personname>; el extraño resplandor
del Krakatoa proyectaba rojos fulgores sobre el mar y
las nubes. En aquel momento me acordé del furor del fuego volcánico y de la
marea ascendente del cataclismo del Krakatoa. Pero,
con el tiempo, se va esfumado el recuerdo de esta perturbación geológica; sólo
los relatos populares evocarán un incidente dramático que se produjo en un
pasado lejano. Tal vez sea exactamente esto lo que ha ocurrido con la
legendaria Atlántida.<br />
¿Representan en verdad los continentes una morada permanente para las naciones
actuales? ¿No abandonarán jamás su lecho los océanos? A esta pregunta sólo
podría darse una respuesta negativa, con el apoyo de una larga lista de
documentos.</div>
<div>
Aunque <st1:personname productid="la Historia" w:st="on">la Historia</st1:personname>, tal como la
conocemos, sea demasiado corta para que se pueda hablar de ella en términos de
épocas geológicas, nos ha transmitido, no obstante, el recuerdo de importantes
cambios geográficos operados en el pasado.</div>
<div>
La ciudad etrusca de Spina, mencionada por Plinio <i>él
Viejo </i>y por Estrabón como un importante centro
del comercio y la civilización, se halla en la actualidad completamente
sumergida bajo las olas del Adriático. Dioscurias, la
ciudad cercana a Sukumi, que fue visitada por los
legendarios argonautas en su travesía del mar Negro, yace hoy bajo las aguas. Fanagorias, importante puerto del mar Negro en la época
helénica, está sumergido en el golfo de Tamán.</div>
<div>
No se trata solamente de ciudades,
sino también de inmensas extensiones de terrenos que desaparecen constantemente
en las profundidades de los océanos, y los movimientos tectónicos prosiguen sin
cesar en toda la superficie de <st1:personname productid="la Tierra. Si" w:st="on">la
Tierra. Si</st1:personname> tomamos en consideración estos hechos, la
desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> bajo las aguas debería parecemos perfectamente
verídica.</div>
<div>
La tierra se hunde en el mar y
emerge de él en un tiempo relativamente muy breve. La simple enumeración de estos
cambios geológicos y geográficos que se han producido por doquier en el Globo
pone de manifiesto fenómenos sorprendentes. El templo de Júpiter-Serapis fue construido en la bahía de Nápoles el año 105 a.
de JC. Tras haber ido hundiéndose gradualmente en el Mediterráneo, emergió de
nuevo, en 1742, de las profundidades del mar. En la actualidad, se está
hundiendo otra vez.</div>
<div>
La fortaleza de Caravan-Sarai fue construida en 1135 en un islote del mar Caspio.
En el transcurso de las generaciones, desapareció lentamente bajo las aguas.
Las referencias a este fortín que figuran en las antiguas crónicas fueron
consideradas, en definitiva, como pura fábula.</div>
<div>
Pero, en 1723, el islote se elevó
por encima del nivel del mar y es perfectamente visible en la actualidad.<br />
En Jamaica, Port-Royal, que durante mucho tiempo
sirvió de albergue a los piratas, fue intensamente estremecido en 1692 por un
temblor de tierra, quedando parcialmente cubierto por las aguas-Durante el
terremoto de Lisboa de 1755, la altura de las olas alcanzó los diez metros. La
mayor parte de la ciudad quedó destruida; sesenta mil de sus habitantes
perecieron.<br />
La isla de Faucon o de Jacques-dans-Ia-Boite fue descubierta en el
Pacífico meridional por Morell, un explorador
español. En 1892, el Gobierno de Tonga hizo plantar en ella dos mil cocoteros,
pero dos años más tarde la isla entera desapareció en el océano. En la
actualidad, comienza a elevarse de nuevo.</div>
<div>
Un violento terremoto sacudió en
1819 el delta del Indo (Sind). Un vasto territorio
quedó inundado, y sólo los edificios más altos se mantuvieron por encima de las
aguas.<br />
Entre 1822 y 1853, tras importantes movimientos sísmicos, la costa de Chile se
elevó nueve metros.<br />
En la segunda mitad del siglo xrx, la isla Tuanaki, en el archipiélago de las Cook,
se sumergió con sus trece mil habitantes, en el océano Pacífico. Varios
pescadores habían salido de la isla por la mañana a bordo de sus embarcaciones;
cuando regresaron, al atardecer, la isla había desaparecido.<br />
En 1957, se vio surgir una isla humeante de las profundidades del Atlántico, no
lejos de las Azores. En este mismo archipiélago de las Azores, un terremoto
asoló, siete años más tarde, la isla de San Jorge; la catástrofe adquirió tales
proporciones que quince mil habitantes se vieron obligados a abandonar la isla.</div>
<div>
El volcán de Tristán
da Cunha, considerado como extinguido, hizo erupción
en 1961 en el Atlántico meridional, lo que dio lugar a la evacuación a
Inglaterra de toda su población.<br />
Y no son solamente islas o costas lo que se hunde o emerge, sino continentes
enteros. Así, Francia se hunde treinta centímetros cada siglo. El terreno
existente entre el Ganges y el Hima-laya
asciende 18 milímetros al año; se supone que, desde la época de Cristóbal
Colón, los Andes, en América del Sur, se han elevado un centenar de metros. El
fondo del océano Pacífico asciende hacia la superficie en la región de las
islas Aleutianas. Según el padre Lynch,
de <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la Universidad</st1:personname>
de Fordham, en Nueva York,
un nuevo continente se halla próximo a surgir en la superficie del océano
Atlántico. ¿No sería esto la reaparición de la legendaria Atlántida?</div>
<div>
La importancia de los cambios
geológicos operados en las profundidades de los océanos fue puesta de
manifiesto por los técnicos de <st1:personname productid="la Western Telegraph" w:st="on">la Western Telegraph</st1:personname>
embarcados en 1923 a la búsqueda de un cable en las aguas del Atlántico.
Descubrieron que el cable, en sólo veinticinco años, había sido proyectado, por
el ascenso del fondo oceánico, a una altura de 3.620 metros.<br />
Si se lograra desecar el océano Atlántico, podría verse en el fondo una larga
cadena de montañas, desde Islandia al Antartico. Al
sur de las Azores se encuentra una protuberancia denominada Atlántida:
representa los despojos mortales de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
legendaria.</div>
<div>
El profesor Ewing,
de <st1:personname productid="la Universidad" w:st="on">la Universidad</st1:personname>
de Columbia, procedió en 1949 a la exploración de la
cordillera que se eleva en medio del Atlántico. A una profundidad entre los
3.000 y los 5.500 metros, descubrió arena costera prehistórica. Se encontró
ante un gran enigma, pues la arena, producto de la erosión, no existe en el
fondo del mar.</div>
<div>
La única conclusión que podía
extraerse de este descubrimiento era la siguiente: el terreno se había hundido
en el fondo del Atlántico, a menos que las aguas del océano se hubieran
encontrado, en una época ya finalizada, a un nivel inferior. Si se aceptase
esta última hipótesis, cabría preguntarse qué había sido de toda el agua
suplementaria.</div>
<div>
Numerosos valles submarinos del
Atlántico no son sino continuaciones de ríos existentes: quiere esto decir que,
en ciertos lugares, el actual fondo del mar era en otro tiempo tierra firme.<br />
En 1898, un barco cablero francés tropezó, a una profundidad de 3.160 metros,
con un trozo de lava vitrea, taquilita,
que solamente se forma por encima del nivel del mar. Sería necesario, por
tanto, concluir que en este lugar se produjo una erupción volcánica, en una
época en que en lugar del océano se encontraba allí tierra firme.</div>
<div>
Los Andes debieron de elevarse
súbitamente en una época relativamente reciente en la que ya se podía navegar
sobre los mares; si se rechaza esta hipótesis, resulta totalmente inexplicable
la existencia de un puerto marítimo en el lago Titicaca,
a una altitud de 3.800 metros y a 322 kilómetros de distancia del Pacífico. Las
argollas destinadas a sujetar las cuerdas al muelle eran tan grandes que sólo habrían
podido utilizarlas los navios que cruzaban los
océanos. En este extraño puerto de los Andes se encuentran todavía rastros de
conchas y de algas marinas. Se ven en él numerosas playas sobrealzadas, y el
agua de la parte meridional del lago es, en la actualidad, todavía salada.</div>
<div>
No menos misterioso es el puerto
megalítico de Ponapé, en las Carolinas. Nan-Matal es una verdadera
Venecia, surgida en medio del Océano. Los indígenas no pretenden que sus
antepasados hubieran podido construir este puerto. Pero hablan de los
reyes-soles que reinaban en la isla y despachaban navios
a lejanos países. ¿Qué era ese Nan-Matal? Quizá una vasta isla, cuya mayor parte fue engullida
por las aguas en la época en que surgió el puerto del lago Titicaca,<br />
Los indios quechuas afirman que los cereales comenzaron a cultivarse en las
proximidades del lago Titicaca; pero en nuestros días
el maíz no crece ya a esa elevada altitud. Todo esto nos permite suponer que,
en su tiempo, la costa occidental de América del Sur tenía un nivel más
elevado. El hundimiento de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> podría haber provocado la elevación de
los Andes.<br />
El explorador mexicano José García Payón ha
encontrado en la cordillera dos cabanas recubiertas
de una espesa capa de hielo. Restos de conchas indicaban la presencia, en aquel
lugar, de una playa marítima en la que se construyeron esas viviendas. En la
actualidad, su emplazamiento se halla a 6.300 metros encima del nivel del mar.</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>NEITH DE SAIS NOS HABLA</i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
Si volvemos la mirada hacia la
literatura, la mitología y el folklore de <st1:personname productid="la Antigedad" w:st="on">la Antigüedad</st1:personname>, <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> se nos
aparece al punto como una posibilidad histórica.</div>
<div>
<i>Timeo</i><i>
</i>y <i>Cridas</i><i>, </i>de Platón, contienen
una crónica de <st1:personname productid="la Atl£ntida. Se" w:st="on">la
Atlántida. Se</st1:personname> la atribuye a Solón,
legislador de la antigua Hélade, que viajó a Egipto
hacia el 560 a. de JC.</div>
<div>
La asamblea de los sacerdotes de la
diosa Neith de Sais,
protectora de las ciencias, reveló a Solón que sus
archivos se remontaban a millares de años y que se hablaba en ellos de un
continente situado más allá de las Columnas de Hércules y engullido por las
aguas hacia el 9560 a. de JC.</div>
<div>
Platón no comete el error de
confundir <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> con América; dice claramente que existía otro
continente al oeste de <st1:personname productid="la Atl£ntida. Habla" w:st="on">la Atlántida. Habla</st1:personname> de un océano que se extiende más
allá del estrecho de Gibraltar y dice que el Mediterráneo «no es más que un
puerto». En este océano —el Atlántico—, sitúa una isla-continente más extensa
que libia y Asia Menor reunidas.<br />
Cuenta que en el centro del Atlántico existía una fértil llanura protegida de
los vientos septentrionales por altas montañas. El clima era subtropical, y sus
habitantes podían recoger dos cosechas al año. El país era rico en minerales,
metales y productos agrícolas.</div>
<div>
En <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>,
florecían la industria, los oficios y las ciencias. El país se enorgullecía de
sus numerosos puertos, canales y astilleros. Al mencionar sus relaciones
comerciales con el mundo exterior. Platón sugiere el empleo de barcos capaces
de atravesar el Océano.</div>
<div>
Los habitantes de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
construían sus edificios con piedras rojas, blancas y negras. El templo de Cleito y de Poseidón estaba decorado con ornamentos de oro;
los muros eran de plata; una muralla de oro lo rodeaba. Allí es donde los diez
reyes de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
celebraron sus reuniones.<br />
Según los datos de Platón, 1.210.000 hombres estaban alistados en el ejército y
en la marina. Partiendo de esta cifra, había que admitir que la población
entera se elevaba a un buen número de millones. Durante el último período de la
historia de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> de que habla Platón, la nación se hallaba gobernada
por los descendientes reales de Poseidón. Poco antes de su desaparición, el
Imperio atlante se lanzó por los caminos del imperialismo, con la intención de
extender sus colonias al Mediterráneo.</div>
<div>
A juzgar por el relato de Platón,
parecería, no obstante, que en una época anterior los atlantes se mostraban
sabios y afables. Según él, «despreciaban todo, a excepción de la virtud». No
daban gran importancia a «la posesión del oro y de otras propiedades, que les
parecían una carga; no estaban intoxicados por el lujo, y la riqueza no les
hacía perder el sentido». Los hombres de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> ponían
la camaradería y la amistad por encima de los bienes terrestres. Teniendo en
cuenta este desprecio a la propiedad privada y esta sociabilidad, ¿es lícito
suponer que los atlantes aplicaban ya, en aquellos extinguidos tiempos, un
sistema de socialismo? Si es así, ello explicaría la existencia de una economía
sin dinero en el país de los incas, puesto que, según todos los indicios, el
Perú era una porción del Estado atlante.</div>
<div>
Según las <i>Geórgicas, </i>de
Virgilio, y las <i>Elegías, </i>de Tíbulo, la
tierra era en <st1:personname productid="la Antigedad" w:st="on">la
Antigüedad</st1:personname> propiedad común. El recuerdo de una democracia que
habría existido antaño en la antigua Grecia y en la antigua Roma se perpetuó en
las fiestas de las saturnales, en las que amos y esclavos bebían y danzaban
juntos durante un día entero. En su <i>Engidu</i><i>,
</i>de cinco mil años de antigüedad, y en su poema de <i>Uttu</i><i>,
</i>los sumerios se lamentan de la desaparición de una estructura social en la
que «no había mentira, ni enfermedad, ni vejez».</div>
<div>
Platón evoca la decadencia moral de
los atlantes, que se produjo cuando ganaron terreno la avaricia y el egoísmo.
Fue entonces cuando Zeus, «viendo que una raza memorable había caído en un
triste estado» y que «se alzaba contra toda Europa y Asia», resolvió infligirle
un castigo terrible. Según el filósofo griego, «los hombres animados de un
espíritu guerrero se hundieron en la tierra, y la isla de <st1:personname productid="la Atl£ntida." w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
desapareció del mismo modo, engullida por las aguas».<br />
Previendo la actitud escéptica de sus futuros lectores, Platón afirma que su
historia «aun pareciendo extraña, es perfectamente verídica». En nuestros días,
su relato se ve cada vez más firmemente confirmado por los datos de <st1:personname productid="la Ciencia." w:st="on">la Ciencia.</st1:personname></div>
<div>
La exploración del lecho del
Atlántico nos revela la existencia de una cresta que se extiende de Norte a Sur
en medio del Océano. Las Azores podrían ser los picos de esas montañas
sumergidas que, según el relato de Platón, protegían la llanura central de los
vientos fríos del Norte. Cuando <i>Critias</i><i> </i>nos
habla de las casas atlantes construidas con piedras negras, blancas y rojas, su
indicación está confirmada por el descubrimiento de terrenos calcáreos blancos
y rocas volcánicas negras y rojas en las Azores, últimos restos de <st1:personname productid="la Atl£ntida." w:st="on">la Atlántida.</st1:personname></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
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juntos şĈ佴ミ쎰 IJڝڝ ŒČ㺬ヸ佈ミ㹼ヸ쎰 ꗜヘڝ " w:st="on"><i>LA ATLÁNTIDA Y</i></st1:personname><i> <st1:personname productid="LA CIENCIA" w:st="on">LA CIENCIA</st1:personname></i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
Las nociones adquiridas por la
ciencia actual nos confirman la posibilidad de una existencia anterior, en
medio del Atlántico, de un centro de elevada civilización. V. A. Obruchev, miembro de <st1:personname productid="la Academia" w:st="on">la Academia</st1:personname> de Ciencias de <st1:personname productid="la URSS" w:st="on">la URSS</st1:personname>, sustenta desde hace
tiempo la opinión de que <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> «no era ni imposible ni aceptable desde el punto de
vista de la geología (2)». De hecho, ha tenido el valor de afirmar, además, que
la práctica de sondeos en la zona septentrional del océano Atlántico «podría
revelar, bajo las aguas, ruinas de edificios y otros restos de una antigua
civilización (3)».</div>
<div>
El profesor N. Lednev,
físico y matemático moscovita, ha llegado, tras veinte años de investigaciones,
a la conclusión de que la fabulosa Atlántida no puede ser considerada como un
simple mito. Según él, documentos históricos y monumentos culturales de <st1:personname productid="la Antigedad" w:st="on">la Antigüedad</st1:personname> nos
demuestran que <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> «era una inmensa isla de centenares de kilómetros
de extensión, situada al oeste de Gibraltar (4)». Otro representante de la
ciencia soviética, Catalina Hagemeister, escribía, en
1955, que, habiendo llegado hace diez o doce mil años las aguas del Gulf Stream al océano Ártico, <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> debió
de haber sido la barrera que desvió la corriente hacia el Sur. «<st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">La Atlántida</st1:personname> explica
la aparición del período glaciar. <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">La Atlántida</st1:personname> era también la razón de su fin»,
afirmaba.</div>
<div>
Groenlandia
está cubierta por una capa de hielo de unos 1.600 metros de espesor que no se
funde jamás. Y, sin embargo, Noruega, que se halla situada en la misma latitud,
posee en verano una rica vegetación. El Gulf Stream calienta a Escandinavia y
al resto de Europa, y a esta corriente cálida se la designa, con justicia, la
«calefacción central» de nuestro continente.<br />
Realizando sondeos en el lecho del Atlántico ecuatorial, el buque sueco <i>Albatross</i><i> </i>descubrió, a más de 3.219
metros de profundidad, rastros de plantas de agua dulce. El profesor Hans Petterson, jefe de la
expedición, expuso la opinión de que una isla había sido engullida en aquel
lugar (5).</div>
<div>
Los foraminíferos son minúsculos
animales marinos testáceos, o recubiertos por una concha. Existen dos géneros
principales de ellos, los <i>Globorotalia</i><i> menardii </i>y los <i>Globorotalia</i><i>
truncatulinoides. </i>El primero se caracteriza por
una envoltura de concha que gira en espiral hacia la derecha; habita en aguas
cálidas. La concha del segundo gira hacia la derecha, y puede existir también
en las aguas frías del océano. Estos dos géneros de animales marítimos pueden
servir, así, como indicadores de clima cálido o frío.</div>
<div>
El tipo cálido no aparece en ningún
lugar por encima de una línea que se extiende desde las Azores a las Canarias.
El foraminífero de agua fría se halla en el cuadrilátero nororiental del
Atlántico.</div>
<div>
La zona media del Atlántico, desde
el África occidental a <st1:personname productid="la Am←rica" w:st="on">la
América</st1:personname> central, está poblada abundantemente por el tipo
cálido de los <i>globorotalia</i><i> menardii. </i>No obstante, el tipo frío hace su
reaparición en el Atlántico ecuatorial. Parece como si la especie de
foraminíferos de agua templada hubiera penetrado a través de una barrera en
dirección al Este. ¿No era <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> esta barrera?<br />
Los trabajos científicos emprendidos en los Estados Unidos por el Observatorio
Geológico Lamont han permitido la realización de un
importante descubrimiento basado en la distribucion
de foraminíferos: hace una decena de millares de años se produjo en el
Atlántico un súbito calentamiento de las aguas en la superficie oceánica. Lo
que es más, la transformación del tipo «frío» de foraminíferos en tipo
«caliente» no duró más de un centenar de años. No podría, pues, soslayarse la
conclusión de que hacia el año 8000 a. de JC. se
produjo en el océano Atlántico un cierto cambio catastrófico del clima.</div>
<div>
En el curso de un sondeo submarino
efectuado en 1949 por <st1:personname productid="la Sociedad Geolgica" w:st="on">la Sociedad Geológica</st1:personname> de América, se extrajo del
lecho del Atlántico, al sur de las Azores, una tonelada de discos de piedra
caliza. Su diámetro medio era de 15 centímetros, y su grosor de 3,75
centímetros. Estos discos poseían en su centro una extraña cavidad; eran
relativamente lisos por fuera, pero sus cavidades presentaban un aspecto
rugoso. Estos «bizcochos de mar», difíciles de identificar, no parecían ser de
formación natural. Según el Observatorio Geológico Lamont
(Universidad de Columbia), «el estado de litificación de la piedra caliza permite suponer que pudo litificarse en condiciones subaéreas
en una isla situada en medio del mar hace doce mil años (6)».</div>
<div>
Si queremos fijar la fecha de la
desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname>, no debemos olvidar que la edad de la garganta del Niágara, de la desembocadura del río en la cascada actual,
se remonta a 12.500 años. Es también un hecho conocido que la elevación de la
cordillera alpina hasta una altura de 5.700 metros se produjo hace unos diez
mil años.</div>
<div>
El empleo de carbono radiactivo
para determinar las fechas de diversos materiales ha producido resultados muy
significativos. En otro tiempo, existió en las Bermudas un extenso bosque de
cedros que se encuentra en la actualidad bajo las aguas. Las pruebas realizadas
con carbono 14 nos revelan que el bosque desapareció de la superficie hace unos
once mil años. Se ha podido comprobar que un montón de barro del lago Knockacran, en Irlanda, perteneciente a la última capa de
hielo, tenía una edad de 11.787 años. Un bosque de abetos próximo a Two Creeks, en Wisconsin, fue destruido por el avance de los glaciares
hace unos once mil años. También hace unos 10.800 años que bloques movedizos de
hielo arrancaron grupos de abedules existentes en el norte de Alemania.</div>
<div>
La determinación por el carbono
radiactivo de la edad de la civilización de Jericó nos da la fecha de 6800 a.
de JC. Se han encontrado en este lugar reproducciones artísticas en yeso de
cráneos de hombres de un tipo egipcio bastante refinado que vivían allí hace
ocho mil años.<br />
De todas estas fechas se desprende que hace once o doce mil años se produjo una
penetración menor de capas glaciares. Tras este último avance de los glaciares
provenientes del Polo, el clima volvió a calentarse. Hacia el año 8000 a. de
JC, en <st1:personname productid="la Era" w:st="on">la Era</st1:personname>
llamada mesolítica, la capa de hielo se retiró y se
abrieron nuevas tierras para los hombres, los animales y las plantas.<br />
A modo de recapitulación, puede decirse que los climas adquirieron sus rasgos
característicos actuales entre el año 10000 y el 8000 a. de JC. Europa y
América del Norte pudieron gozar de una atmósfera considerablemente más
templada que en el pasado. La teoría de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>, según la cual el continente
desaparecido habría impedido el acceso del cálido Gulf
Stream hacia el Norte, trataría de explicar este
cambio de clima.</div>
<div>
Pero, al contrario de lo sucedido
en Europa, grandes extensiones de Asia iban a sufrir cambios climáticos en un
sentido opuesto.</div>
<div>
En 1958, el arqueólogo ruso V. A. Ranov descubrió varias pinturas murales en las grutas del Pamir, a una altitud de 4.200 metros; representan una obra
de arte prehistórico, situada en uno de los lugares más elevados del mundo.
Estos dibujos de la gruta Chajta, realizados con una
pintura mineral roja, representan un oso, un jabalí y un avestruz, tres
animales ninguno de los cuales podría sobrevivir en la actualidad en la
temperatura ártica del Pamir.</div>
<div>
Una clave para resolver el enigma
de la edad de estas pinturas ha sido encontrada en Markansu,
donde sus habitantes prehistóricos dejaron herramientas y cenizas. Estas ultimas provienen de abedules y cedros que ya no crecen en
esa región: el carbono 14 permite datarlas en 9.500 años. Este súbito descenso
de la temperatura en el Pamir podría deberse a una
rápida elevación de la corteza terrestre subsiguiente a una perturbación
geológica.</div>
<div>
En las cercanías del lago Sevan, en las montañas de <st1:personname productid="la Armenia" w:st="on">la Armenia</st1:personname> soviética, se ha
encontrado un cráneo de reno. La presencia de este animal de las llanuras en
las montañas del Cáucaso meridional constituye un
absoluto misterio. ¿Se produjo en otro tiempo un cataclismo geológico de
proporciones tales que transformó una llanura en un país montañoso? La mayor
parte de los sabios rehusarían, probablemente, admitir esta hipótesis; la edad
del cráneo ha sido, sin embargo, calculada en doce mil años, cifra que coincide
con la fecha tradicional de la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntica" w:st="on">la Atlántica</st1:personname> bajo
las aguas.</div>
<div>
Cuando se procedió a una prueba con
carbono 14 sobre la osamenta de un mamut encontrada en la zona septentrional de
Siberia, el resultado obtenido fue de doce mil años.
Millares de estos animales debieron de sufrir una muerte súbita en aquella
época, lo que se infiere con toda evidencia del hecho de que varios de ellos
fueron hallados en pie y con hierba en la boca y en el estómago.<br />
Por otra parte, cabe hacer notar que el mamut no era un animal polar. Salvo por
su largo pelaje, la estructura y el grosor de su piel se asemejan a los del
elefante de las Indias tropicales. La piel de estos animales helados está llena
de corpúsculos de sangre roja; ello prueba que murieron asfixiados por el agua
o por los gases.</div>
<div>
El marfil obtenido de los colmillos
de los mamuts ha constituido durante siglos un objeto
de comercio. Según Richard Lydekker, durante las
últimas décadas del pasado siglo fueron vendidos irnos veinte mil pares de
colmillos en perfecto estado. Ello nos da una idea aproximada del gran número
de mamuts helados encontrados. Hay que hacer notar
que, para tallar el marfil, sólo pueden emplearse los colmillos de animales
recientemente muertos o congelados; los colmillos expuestos al aire se resecan
y resultan inutilizables. En las regiones septentrionales de América y Asia han
sido descubiertos decenas de millares de mamuts. Y,
como únicamente se utilizaba para el comercio marfil de mamuts
de la mejor calidad, es evidente que todos los animales tuvieron que hallar una
muerte súbita.</div>
<div>
Según las estimaciones del profesor
Frank C. Hibben, sólo en
América del Norte cuarenta millones de animales perecieron al final de <st1:personname productid="la Era" w:st="on">la Era</st1:personname> glacial. «Era una muerte
catastrófica que no perdonó a nadie», escribe (7).</div>
<div>
Las pruebas con el carbono 14 nos
revelan que los restos humanos desaparecieron súbitamente del continente
americano hace unos 10.400 años. ¿Fue el legendario Diluvio lo que borró a los
seres humanos de la superficie de América del Norte?</div>
<div>
Si se admite esta hipótesis, las
cifras de la población mundial adquieren una significación particular. Hace dos
mil años, no había más que diez millones de habitantes en las dos Amé-ricas. En
la misma época, vivían en África 26 millones, en Europa 30, y 133 en Asia. Estas
cifras indican que la cuenca atlántica —comprendiendo América, Europa y África—
no tenía más que la mitad de la población de Asia. El alejamiento del lugar en
que se produjo un desastre geológico podría explicar el elevado número de
habitantes de Asia en los tiempos antiguos.</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>¿QUIÉNES SON LOS VASCOS?</i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
Existe entre los vascos una leyenda
que habla de un cataclismo en el curso del cual libraron combate el agua y el
fuego. Los antepasados de los vascos encontraron refugio en las cavernas y
sobrevivieron.<br />
La lengua vasca tiene una afinidad, difícil de explicar, con los dialectos de
los indios de América. Un misionero vasco predicó en su lengua natal a los
indios de Peten, en Guatemala, y los indígenas le comprendieron perfectamente.</div>
<div>
Se conserva entre los vascos una
creencia en una serpiente mítica de siete cabezas, la «Erensuguía»,
que los relaciona con el culto a la serpiente profesado por los aztecas, al
otro lado del Atlántico. La vieja costumbre vasca de contar por veintenas, y no
por decenas, encuentra su paralelo en América Central, donde se utilizaba una
aritmética del mismo género. Y los franceses, a su vez, han heredado de los
vascos la palabra <i>quatrevingts</i><i>.</i></div>
<div>
Del mismo modo, el juego de pelota
vasca «Jai alai», jugado
con un guante de mimbre atado a la muñeca (la cesta), nos hace pensar
inmediatamente en el juego maya de «pok-a-tok».</div>
<div>
Si se compara a los vascos con los
demás pueblos europeos, se advierte al punto que son únicos en su género en lo
que se refiere a la comunidad de grupos sanguíneos. Se encuentra con gran
frecuencia entre ellos el grupo «O», mientras que el grupo «A» es relativamente
raro, y el grupo «B» tiene la frecuencia más baja de toda Europa. En lo que
atañe a los grupos sanguíneos «Rh», muestran la
frecuencia en «Rh» negativo más elevada de todas las
poblaciones europeas y, con la posible excepción de algunas tribus bereberes, la más elevada del mundo. Todos estos síntomas
indican que los vascos son diferentes de los franceses o de los españoles.</div>
<div>
Se considera que los vascos de los
Pirineos están emparentados con los hombres de Cro-Magnon que ocupaban zonas de Francia y España al final de <st1:personname productid="la Era" w:st="on">la Era</st1:personname> glacial. No se asemejaban
a los habitantes de estos países y no estaban emparentados con ninguna raza del
Este. Hablando de los vascos en su <i>Historia de España, </i>Rafael Altamira
llega a la conclusión siguiente: «Tal vez sean los únicos superviventes
de las tribus prehistóricas que habitaban en las cuevas de los Pirineos, y que
tantas pruebas dejaron en ellas de su habilidad técnica y de su sentido artístico
(8).»<br />
Sólo ellos entre los pueblos de <st1:personname productid="la Europa" w:st="on">la
Europa</st1:personname> occidental, han conservado la costumbre de las danzas
animales y totémicas de las razas primitivas. Compartían con los antiguos
egipcios y los incas la creencia en la inmortalidad de un cuerpo no sepultado.
La costumbre de reducir artificialmente las cabezas se había mantenido entre
los vascos lo mismo que entre los indios de América Central.<br />
Los hombres de Cro-Magnon
tenían estatura elevada —<i>alrededor de </i>1,83 metros—, y su caja craneana
era más grande que la de los hombres actuales, cosa que no se habría esperado
descubrir en un habitante de las cavernas. Con su frente amplia y lisa y sus
pómulos prominentes, se parecían a los guanches de
las islas Canarias, que están considerados como descendientes de los atlantes.
Los hombres de Cro-Magnon
eran artistas de talento, aunque sus armas y utensilios estuviesen fabricados
en piedra. Por falta de materiales apropiados, a los que se habían acostumbrado
en su país de origen, los hombres de esta raza empleaban la piedra para
fabricar objetos cuyos modelos provenían de su civilización ancestral.</div>
<div>
Las pinturas sobre rocas, los
dibujos y las esculturas de los Cro-Magnon de la época magdaleniense, que datan de 11.000 años,
y más, ocupan un lugar destacado en la historia del arte. A menos que su
civilización les hubiera sido legada por unos antepasados, resulta difícil
comprender cómo estos hombres de las cavernas vascas pudieron dar pruebas de un
talento artístico superior a su realismo dinámico y en su presentación dramática
al del antiguo Egipto o al de Sumer.</div>
<div>
Los azüienses,
raza prehistórica de España, fueron enterrados invariablemente con el rostro
vuelto hacia el Oeste. Tenían reputación de ser excelentes pescadores y
navegantes. ¿No llegarían en barcos, procedentes de un país occidental?</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>EL DÍA DEL JUICIO FINAL</i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
El poeta romano Ovidio nos da, al
describir el Diluvio, la continuación de la crónica inconclusa de Platón:</div>
<div>
«Había antaño tanta maldad sobre <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>, que <st1:personname productid="la Justicia" w:st="on">la Justicia</st1:personname> voló a los
cielos y el rey de los dioses decidió exterminar la raza de los hombres... La
cólera de Júpiter se extendió más allá de su reino de los cielos. Neptuno, su
hermano de los mares azules, envió las olas en su ayuda. Neptuno golpeó a la
tierra con su tridente, y la tierra tembló y se estremeció... Muy pronto, no
era ya posible distinguir la tierra del mar. Bajo las aguas, las ninfas
Nereidas contemplaban, asombradas, los bosques, las casas y las ciudades. Casi
todos los hombres perecieron en el agua, y los que escaparon, faltos de alimentos,
murieron de hambre.»</div>
<div>
Por las leyendas del antiguo Egipto
sabemos que el dios de las Aguas, Nu, incitó a su
hijo Ra, dios del Sol, a destruir completamente a <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la Humanidad</st1:personname> cuando las
naciones se rebelaron contra los dioses. Debe concluirse de ello que esta destracción fue realizada mediante una inundación decretada
por Nu, señor de los mares.</div>
<div>
Un papiro de <st1:personname productid="la XII" w:st="on">la XII</st1:personname> dinastía, de tres mil años
de antigüedad, que se conserva en el Ermitage de Leningrado menciona la «isla de <st1:personname productid="la Serpiente" w:st="on">la Serpiente</st1:personname>» y contiene el
siguiente pasaje: «Cuando abandonéis mi isla, no la volveréis a encontrar, pues
este lugar desaparecerá bajo las aguas de los mares.»<br />
Este antiguo documento egipcio describe la caída de un meteoro y la catástrofe
que siguió: «Una estrella cayó de los cielos, y las llamas lo consumieron todo.
Todos fueron abrasados, y sólo yo salvé la vida. Pero cuando vi la montaña de cuerpos hacinados estuve a punto de morir,
a mi vez, de pena.»</div>
<div>
Es casi imposible hacerse una idea
exacta de los trastornos geológicos que destruyeron <st1:personname productid="la Atl£ntida. Pero" w:st="on">la Atlántida. Pero</st1:personname>
el folklore y las escrituras sagradas de numerosas razas nos proporcionan un
cuadro dramático de la catástrofe.</div>
<div>
El canto épico de Gilgamés, de hace cuatro mil años, contiene un relato
detallado del Diluvio y deplora el fin de un pueblo antiguo con las palabras
siguientes: «Hubiera sido mejor que el hambre devastara el mundo, y no el
Diluvio.»</div>
<div>
<st1:personname productid="La Biblia" w:st="on">La Biblia</st1:personname> contiene el relato
del arca de Noé que se salvó del gran Diluvio. En el libro de Enoc, el patriarca que previno a Noé del inminente desastre
antes de subir él mismo vivo al cielo, encontramos significativos pasajes
referentes al «fuego que vendrá del Occidente» y a «las grandes aguas hacia
Occidente».</div>
<div>
Hace tan sólo dieciocho siglos,
Luciano escribió una historia muy curiosa que ilustra la supervivencia en el
mundo antiguo de la tradición del gran Diluvio.</div>
<div>
Los sacerdotes de Baalbek (hoy en territorio libanes)
tenían la singular costumbre de verter agua de mar, obtenida en el
Mediterráneo, en la grieta de una roca cercana al templo, a fin de perpetuar el
recuerdo de las aguas del Diluvio, que habían desaparecido por allí; la
ceremonia debía conmemorar igualmente la salvación de Deucalión.
Para conseguir esta agua, los sacerdotes tenían que realizar un trayecto de
cuatro días hasta las orillas del Mediterráneo, y otros tantos de regreso hasta
Baalbek.</div>
<div>
Es de notar que esta cavidad se
encuentra en la extremidad septentrional de la gran hendedura
que se extiende en dirección meridional hasta el río Zambeze.
Este rito sagrado podría testimoniar la persistencia del recuerdo de un gran
cataclismo en la memoria popular.<br />
Una narración difundida entre los bosquimanos menciona una vasta isla que
existía al oeste de África y que fue sumergida bajo las aguas. Es una de las
numerosas leyendas que hablan de la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida." w:st="on">la Atlántida.</st1:personname></div>
<div>
Al otro lado del Atlántico existen
igualmente testimonios extraordinarios de un cataclismo mundial. Ello debería
parecer natural si se admite que <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> estaba unida por lazos comerciales y
culturales, no sólo a Europa y África, sino también a las Américas.<br />
Un códice maya afirma que «el cielo se acercó a la tierra, y todo pereció en un
día: incluso las montañas desaparecieron bajo el agua».</div>
<div>
El códice maya, llamado «de Dresde», describe de forma gráfica la desaparición del
mundo. En el documento se ve una serpiente instalada en el cielo, que derrama
torrentes de agua por la boca. Unos signos mayas nos indican eclipses de <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname> y del Sol. La diosa de <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname>, señora de la muerte,
presenta un aspecto terrorífico. Sostiene en sus manos una copa invertida de la
que manan las olas destructoras (9).</div>
<div>
El libro sagrado de los mayas de
Guatemala, el <i>Popol</i><i> Vuh,
</i>aporta un testimonio del carácter terrible del desastre. Dice que se oía
en las alturas celestes el ruido de las llamas. La tierra tembló, y los objetos
se alzaron contra el hombre. Una lluvia de agua y de brea descendió sobre la
tierra. Los árboles se balanceaban, las casas caían en pedazos, se derrumbaban
las cavernas y el día se convirtió en noche cerrada.</div>
<div>
El <i>Chüam</i><i>
Balam </i>del Yucatán afirma que, en una época
lejana la tierra materna de los mayas fue engullida por el mar, mientras se
producían temblores de tierra y terribles erupciones.<br />
Antiguamente, vivía en Venezuela una tribu de indios blancos llamados parias,
en un pueblo que llevaba el significativo nombre de «Atlán».
Esa tribu mantenía la tradición de un desastre que había destruido a su país,
una vasta isla del océano.</div>
<div>
Un estudio de la mitología de los
indios de América nos permite comprobar que más de 130 tribus conservan
leyendas referentes a una catástrofe mundial.</div>
<div>
¿Nos es lícito servirnos, hasta
cierto punto, de la mitología y del folklore para rellenar las numerosas
lagunas de <st1:personname productid="la Historia" w:st="on">la Historia</st1:personname>?
El profesor soviético I. A. Efremov responde a esta
pregunta de forma netamente afirmativa: «Los historiadores —insiste— deben dar
pruebas de más respeto en relación con las tradiciones antiguas y el folklore.»
Acusa a los sabios occidentales de hacer gala de una especie de snobismo ante
los relatos provenientes de las gentes llamadas «ordinarias».<br />
Una leyenda esquimal cuenta: «Vino luego un diluvio inmenso. Muchas personas se
ahogaron, y su número disminuyó.» Los esquimales, como los chinos, conservan
una curiosa leyenda, según la cual la tierra fue violentamente sacudida antes
del Diluvio.</div>
<div>
Un bamboleo del eje terrestre
podría explicar un cataclismo de amplitud mundial, pero la ciencia no conoce
causas que pudieran producir una sacudida semejante. La colisión con un enorme
meteoro habría podido provocar el cataclismo atlante, a menos que se tratara,
como pretende Hoerbiger, del contacto con un planeta
conocido en la actualidad con el nombre de «luna». Los «hoyos» de Carolina
tendrían su origen en caídas de meteoros. Estos cráteres elípticos tienen, por
término medio, un diámetro de unos ochocientos metros, con bordes elevados y
una depresión de 7,5 a 15 metros de profundidad. Puede observarse, dicho sea de
paso, que en Carolina del Norte y del Sur se han encontrado gran número de
meteoritos.</div>
<div>
Merece ser tomada en consideración
la hipótesis de un deslizamiento de la corteza terrestre, formulada en los
Estados Unidos por el doctor Charles Hapgood. Según
su teoría, la fina corteza terrestre se deslizaría hacia delante y hacia atrás
sobre una bola de fuego. El peso de las capas de hielo sobre los dos polos
provocaría este deslizamiento. El doctor Hapgood
explica así la presencia de corales fósiles en el Ártico y los movimientos
hacia el Norte de los glaciares del Himalaya.<br />
Si la envoltura de <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>
fuese móvil, una colisión con un asteroide habría podido provocar el
desplazamiento de esta corteza. No se trata de ciencia ficción, sino de una
posibilidad astronómica. Baste recordar cómo nuestro planeta evitó en octubre
de 1937, por cinco horas y media solamente, el choque con un planetoide.</div>
<div>
El profesor soviético N. S. Vetchinkin pretende resolver el misterio de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> y del Diluvio
de la manera siguiente:</div>
<div>
«La caída de un meteorito
gigantesco fue la causa de la destrucción de <st1:personname productid="la Atl£ntida. Huellas" w:st="on">la Atlántida. Huellas</st1:personname>
de meteoritos gigantes son claramente visibles en la superficie de <st1:personname productid="la Luna. Se" w:st="on">la Luna. Se</st1:personname> divisan en ella
cráteres de doscientos kilómetros de diámetro, mientras que en <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> no tienen más de
tres kilómetros de longitud. Al caer en el mar, estos meteoritos gigantes
provocaron una marea de olas que sumergió, no solamente el mundo vegetal y
animal, sino también colinas y montañas (10).»<br />
El recuerdo del cataclismo atlante sobrevive en los mitos de numerosos pueblos.
Estudiándolos, puede deducirse que la amplitud y el carácter de la catástrofe
variaron según los emplazamientos geográficos.</div>
<div>
Los indios quichés
de Guatemala recuerdan una lluvia negra que cayó del cielo en el momento mismo én qué un temblor de tierra destruía las casas y las
cavernas. Esto implica un violento movimiento tectónico que se produjo en el
Atlántico. El humo, las cenizas y el vapor ascendieron
desde las hirvientes aguas hacia la estratosfera, y fueron seguidamente
arrastrados hacia el Oeste por la rotación de <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>, produciendo, así,
la lluvia negra que se derramó sobre <st1:personname productid="la Am←rica Central." w:st="on">la América Central.</st1:personname></div>
<div>
Las leyendas de los quichés encuentran confirmación en las de los indios de <st1:personname productid="la Amazonia. Cuentan" w:st="on">la Amazonia. Cuentan</st1:personname>
éstos que, tras una terrible explosión, el mundo quedó sumido en tinieblas. Los
indios del Perú añaden que el agua subió entonces hasta la altura de las
montañas.<br />
En la cuenca del Mediterráneo, los relatos referentes al Diluvio ocupan más
lugar que los dedicados a fenómenos volcánicos. En la antigua mitología griega
se habla de mareas cuyas olas ascienden hasta las copas de los árboles, dejando
tras ellas peces trabados en las ramas. El <i>Zend</i><i>-Avesta
</i>afirma que en Persia el Diluvio alcanzó la altura de un hombre.</div>
<div>
Alejándonos más hacia Oriente,
vemos que, según los documentos antiguos, el mar retrocedió en China en
dirección Sudeste.</div>
<div>
Esta concepción del cataclismo
mundial es perfectamente defendible. Una marea gigantesca del Atlántico debía
por fuerza producir un reflujo en la otra parte del Globo, en el océano
Pacífico.<br />
En apoyo de esta tesis pueden citarse gran número de interesantes testimonios.
Así, por ejemplo, existía en el antiguo México una fiesta consagrada a la
celebración de un acontecimiento del pasado en el que las constelaciones
tomaron un aspecto nuevo. Resultaba de ello, según la opinión de los indígenas,
que los cielos no habían tenido en otro tiempo el mismo aspecto que hoy.</div>
<div>
Martinus Martini, misionero jesuíta que
trabajó en China en el siglo xvn, habla en su <i>Historia
de China </i>de viejas crónicas que evocan un tiempo en que el cielo comenzó
súbitamente a declinar hacia el Norte. El Sol, <st1:personname productid="la Luna" w:st="on">la Luna</st1:personname> y los planetas cambiaron
su curso después de una conmoción ocurrida en <st1:personname productid="la Tierra. Constituye" w:st="on">la Tierra. Constituye</st1:personname>
ello una seria indicación de una sacudida de <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>, única causa
susceptible de explicar los fenómenos astronómicos descritos en los documentos
chinos.<br />
Dos reproducciones de la bóveda celeste, pintadas en el techo de la tumba de Senmut, el arquitecto de la reina Hats-hepsut, nos presentan un enigma. Los puntos cardinales se
hallan correctamente colocados en uno de estos mapas, mientras que en el otro
están invertidos, como si <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la
Tierra</st1:personname> hubiera sufrido un choque.</div>
<div>
En efecto, el papiro Harris afirma que <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> se invirtió durante un cataclismo cósmico.
En los papiros del Ermi-tage,
de Leningrado, y en el de Ipuwer,
se hace igualmente mención de esta inversión de <st1:personname productid="la Tierra." w:st="on">la Tierra.</st1:personname></div>
<div>
Los indios asentados a orillas del
curso inferior del río Mackenzie, en el Canadá
septentrional, afirman que una ola de calor insoportable se abatió durante el
Diluvio sobre su región ártica; y, luego, súbitamente, un frío glacial habría
sucedido a este calor. Un desplazamiento de la atmósfera, producido en el curso
de una sacudida del globo terráqueo, muy bien hubiera podido provocar estos
cambios extremadamente bruscos de la temperatura de que hablan los indios del
Canadá.<br />
De todos estos testimonios del pasado se infiere que la catástrofe de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> tuvo un
carácter violento y terrorífico.</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>PIRÁMIDES Y CONQUISTADORES</i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
Un poderoso imperio situado en
medio del océano Atlántico debió, ciertamente, de poseer colonias en Europa,
África y América. No carecemos de datos que confirman esta suposición.<br />
El antiguo Egipto construyó pirámides de dimensiones colosales. Babilonia
disponía de zigurats, torres alineadas en las que se
combinaban estudios astronómicos y el culto religioso.<br />
Los antiguos habitantes de <st1:personname productid="la Am←rica" w:st="on">la
América</st1:personname> central y meridional construyeron también enormes
pirámides que utilizaban como templos, observatorios o tumbas. Es grande la
distancia entre México y Babilonia y Egipto. Pero esta costumbre de construir
pirámides, común a las dos orillas del Atlántico, puede explicarse fácilmente
si se admite que tuvo su origen en Atlántida, desde donde se extendió con
posterioridad hacia el Este y el Oeste.</div>
<div>
Según una opinión en boga, las
pirámides serían, simplemente, la expresión de una necesidad de erigir montañas
artificiales. Ello podría ser cierto para las llanuras de Egipto y Mesopotamia, pero esta teoría no explica la presencia de
pirámides similares en el accidentado terreno de México y Perú. Tiene que
haber, con toda evidencia, otras razones distintas que indujeran a construir
pirámides de forma idéntica a ambos lados del Atlántico; una tradición heredada
de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
podría ser una de esas razones.</div>
<div>
Según Flavio Josefo,
historiador judío del siglo i, Nemrod habría
construido la torre de Babel para tener un refugio en caso de que se produjera
un segundo Diluvio. El cronista mexicano Ixtlilxochitl
nos transmite el argumento paralelo que indujo, según 61, a los toltecas a
construir las pirámides:</div>
<div>
«Cuando los hombres se
multiplicaron, construyeron un "zacuali"
muy alto, que es hoy una torre de gran altura, a fin de poder hallar refugio en
él en caso de que el segundo mundo fuera a su vez destruido.»<br />
Sabios críticos aseguran con insistencia que las pirámides aparecieron en Asia,
África y América de manera independiente, sin tener un origen común, como
afirman los atlantólogos.</div>
<div>
Es lícito preguntarse cómo podría
ser idéntico el objeto de las pirámides en Babilonia y en México sin tener un
origen común Josefo e Ixtlilxochitl
lo definen del modo más claro posible: se trataba de contar con un abrigo en el
caso de un segundo Diluvio.</div>
<div>
Los habitantes de América Central
han vivido siempre en la espera de un fin del mundo; éste es el origen de los
sacrificios humanos que, según los aztecas, debían apaciguar a los dioses
encolerizados y salvar a <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la
Humanidad</st1:personname> de otro desastre.</div>
<div>
Los olmecas,
predecesores de los mayas y los aztecas, podrían haber sido subditos
del imperio atlante. Cuando los arqueólogos tropezaron con dificultades para
determinar la edad de la pirámide de Ciucuilco, en
los accesos de la ciudad de México, apelaron a los geólogos, ya que la mitad de
la estructura estaba recubierta de lava sólida. Dos volcanes se hallaban en sus
proximidades, y era preciso, naturalmente, plantearse la uestión:
«¿Cuándo había tenido lugar la erupción?» La respuesta
fue desconcertante: «Hace ocho mil años.» (11). Si esta conclusión es correcta,
demostraría la existencia de una elevada civilización en América Central en una
época extremadamente remota.</div>
<div>
Al igual que las pirámides, se han
encontrado esfinges en el Yucatán: están reproducidas en estilo maya.</div>
<div>
Numerosos atlantólogos
opinan que el emblema de la cruz nos viene de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>, pues
ha sido venerado en todas sus presuntas colonias. La cruz era el símbolo
predilecto de la antigua América. En las murallas de Egipto, numerosos dioses
están representados con la cruz de tao, así como con la cruz de Malta. Los
monarcas y los guerreros de Asiría y Babilonia llevaban cruces, a guisa de
talismanes sagrados, suspendidas del cuello.</div>
<div>
El culto al Sol fue transmitido por
<st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
a los pueblos de <st1:personname productid="la Antigedad. Los" w:st="on">la
Antigüedad. Los</st1:personname> atlantólogos citan,
a título de ejemplo, la adoración simultánea del Sol en Egipto y el Perú, así
como el reinado de dinastías solares en estos dos países.</div>
<div>
El papiro de Turín habla de Ra, dios del Sol. Menciona también un gran desastre
provocado por el Diluvio y por incendios. Algunos investigadores extraen de
ello la conclusión de que el culto al Sol fue importado a Egipto desde esa Atlántida
llamada a desaparecer.</div>
<div>
Los egipcios creían en un país de
los muertos que se encontraba al Oeste y se llamaba «Amenti».
Si el reino de los muertos corresponde al reino sumergido de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>, la
legendaria dinastía de semidioses que reinó en Egipto sería la dinastía de los
soberanos de <st1:personname productid="la Atl£ntida. Segn" w:st="on">la Atlántida. Según</st1:personname> una antigua tradición, los reyes
atlantes habrían partido para Egipto quinientos años antes de la catástrofe
final y, previendo el trágico destino de su continente, habrían fundado en él
la dinastía de los Muertos.</div>
<div>
Los sacerdotes aztecas conservaban
devotamente el recuerdo de «Aztlán», país situado al
Este, de donde habría llegado Quetzalcoatl, portador
de la civilización. Los incas creían en Viracocha, que fue hacia ellos desde el
país de la aurora. Los más antiguos documentos egipcios hablan de Thot, o Tehuti, que llegó desde
un país occidental para implantar la civilización y la ciencia en el valle del Nilo.</div>
<div>
Los antiguos griegos cantaban a los
Campos Elíseos, situados al Oeste, en la isla de los Bienaventurados. Según
ellos, Tartaria, país de los muertos, se encontraba
bajo las montañas de una isla del océano occidental.</div>
<div>
Los antiguos griegos y egipcios
situaban esta isla misteriosa apuntando hacia Occidente. Los indios de América
hacían gestos hacia el Este cuando querían indicar el emplazamiento del país de
Quetzalcoatl o de Viracocha.</div>
<div>
Este país, al oeste del
Mediterráneo y al este de las Américas, no era otro
que <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>,
continente sumergido bajo las aguas del Océano.</div>
<div>
Aunque las religiones de numerosas
naciones de <st1:personname productid="la Antigedad" w:st="on">la Antigüedad</st1:personname>
profesaran su creencia en la inmortalidad del alma, los peruanos y los egipcios
eran los únicos en sostener que el alma permanecía suspendida junto al cuerpo
difunto y mantenía contacto con él. Las dos razas consideraban necesario
conservar los cuerpos embalsamándolos.</div>
<div>
La tradición de unos reyes divinos
residentes en el Este es en gran medida responsable de la derrota infligida a
los aztecas y los incas por un puñado de conquistadores.</div>
<div>
Cuando Colón llegó a las Antillas y
desembarcó allí con sus hombres, «los indígenas les llevaron en brazos, besaron
sus manos y sus pies e intentaron explicarles de todas las maneras posibles
que, por lo que ellos sabían, los hombres blancos procedían de os dioses» (12).</div>
<div>
Moctezuma,
último rey de los aztecas, dijo a Cortés que «sus antepasados no habían nacido
aquí, sino que provenían de un lejano país llamado Aztlán,
con altas montañas y un jardín habitado por los dioses». Moctezuma
añadió que él reinaba solamente como delegado de Quetzalcoatl,
señor de un imperio oriental.</div>
<div>
El libro de los mayas <i>Popol</i><i> Vuh </i>menciona
la antigua costumbre de los príncipes de viajar al Este a través de los mares
para «recibir la investidura del reino».</div>
<div>
La facilidad con que Cortés y
Pizarro lograron la victoria proporciona una prueba suplementaria de la
existencia efectiva de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> en un remoto pasado. La tradición de los aztecas y
los incas, mantenida por sus sacerdotes, veneraba a poderosos señores del país
del Sol naciente, que eran de estatura elevada, piel blanca y
barbudos. Cuando aparecieron ante ellos, los aventureros españoles
fueron al instante identificados como representantes del legendario imperio del
océano Atlántico. Al principio, los hombres de Moctezuma
y Atahualpa recibieron con los brazos abiertos a los hombres blancos, porque
esperaban su llegada desde hacía mucho tiempo.<br />
Esta firme creencia en un Estado soberano situado en el país del Sol naciente
constituye una de las principales razones que contribuyeron a la caída de los
poderosos imperios de México y Perú. La espera de visitas regulares que los
emperadores atlantes harían a sus colonias americanas iba a ser fatal para las civilizaciones
del Nuevo Mundo.</div>
<div>
Cristóbal Molina, sacerdote español
establecido en Cuzco, Perú, escribía, en el siglo xvr,
que los incas habían recibido de Manco Capac un relato
completo del gran Diluvio.</div>
<div>
Según la tradición, antes del
Diluvio existía un Estado planetario en el que solamente se hablaba una lengua.
Este Estado era, sin duda, la legendaria Atlántida.</div>
<div>
Aunque separados por distancias
enormes, Israel y Babilonia, en Asia Menor, y México, en América Central, han
conservado en sus escrituras sagradas esta misma creencia.<br />
La Biblia nos habla de un tiempo en el que no había más que una sola raza y una
sola lengua en el mundo. Únicamente tras la construcción de la torre de Babel
hicieron su aparición numerosos dialectos, y las gentes dejaron de entenderse.</div>
<div>
Beroso,
historiador babilonio, evoca un periodo en que una
antigua nación se enorgulleció de tal modo de su poder y su gloria que comenzó
a despreciar a los dioses. Se construyó entonces en Babilonia una torre tan
alta que su cúspide tocaba casi al cielo; pero los vientos vinieron en ayuda de
los dioses y derribaron la torre, cuyas ruinas recibieron el nombre de «Babel».
Hasta entonces, los hombres únicamente se habían servido de una sola y misma
lengua.</div>
<div>
Por extraño que pueda parecer, en
México las crónicas toltecas contienen un relato casi idéntico referente a la
construcción de una alta pirámide y a la aparición de numerosas lenguas.<br />
Si consideramos la construcción de la torre de Babel como un hecho histórico y
no como una fábula, ello demostraría la existencia, en una época lejana, de un
imperio mundial en que se hablaba una sola lengua.</div>
<div>
Como un Estado planetario semejante
no habría podido existir sin vías de comunicación organizadas y sin nociones
tecnológicas suficientemente avanzadas, nos es forzoso contemplar, como
eventual posibilidad, la existencia de una ciencia en una edad prehistórica,
antediluviana.<br />
Es muy significativo que los agricultores de <st1:personname productid="la Am←rica Central" w:st="on">la América Central</st1:personname>
y meridional hayan cultivado mayor número de clases de cereales y plantas
medicinales que ninguna otra raza de nuestro planeta. En la época preincaica e
incaica, existían en los Andes y en la región del Amazonas superior no menos de
240 variedades de patatas y veinte tipos de maíz. Los pepinos y los tomates de
nuestras ensaladas, las patatas, las calabazas y las judías de nuestros
primeros platos, las fresas y los chocolates de nuestros postres, son
originarios del Nuevo Mundo. Así, pues, la mitad de los productos de que hoy
nos alimentamos eran desconocidos antes del descubrimiento de América.
¿Heredaron de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname> sus conocimientos agrícolas el antiguo Perú y el
antiguo México?</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<i>LOS CALENDARIOS DE <st1:personname productid="LA ATLNTIDA" w:st="on">LA ATLÁNTIDA</st1:personname></i></div>
<div>
</div>
<div>
<br />
Existe, a través del Atlántico,
otro lazo entre el antiguo Egipto y el antiguo Perú. Su calendario constaba de
dieciocho meses de veinte días, con una fiesta de cinco días a fin de año. ¿Se
trata de simple coincidencia o de una tradición que arranca de la misma fuente?</div>
<div>
Un examen de estos antiguos
calendarios nos permite fijar la fecha aproximada de la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida. El" w:st="on">la Atlántida. El</st1:personname>
primer año de la cronología de Zoroastro, el año en que «comenzó el tiempo»,
corresponde al 9600 a. de JC. Esta fecha es muy próxima a la que, con motivo de
su conversación con Solón, dieron los sacerdotes
egipcios para la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>, es decir, 9560 a. de JC.</div>
<div>
Los antiguos egipcios calculaban el
tiempo en ciclos solares de 1.460 años. El fin de su última época astronómica
sobrevino en el año 139 d. de JC. A partir de esta fecha se pueden reconstituir
ocho ciclos solares hasta el año 11542 a. de JC. El calendario lunar de los
asirios dividía el tiempo en períodos de 1.805 años; el último de estos
períodos finalizó en 712 antes de JC. A partir de esta fecha, se pueden
establecer seis ciclos lunares para remontarse hasta 11542 a. de JC. El
calendario solar de Egipto y el sistema asirio de calendario lunar coinciden,
pues, al llegar al mismo año —11542 a. de JC.— como
fecha probable de iniciación de los dos calendarios.</div>
<div>
Los brahmanes calculan el tiempo en
ciclos de 2.850 años a partir del 3102 a. de JC Tres de estos ciclos, o sea
8.550 años, sumados a 3102 a. de JC, nos dan la fecha de 11652 a. de
Jesucristo.<br />
El calendario maya nos muestra que los antiguos pueblos de <st1:personname productid="la Am←rica" w:st="on">la América</st1:personname> central
tenían ciclos de 2.760 años. El comienzo de una etapa se instituye en el año
3373 a. de JC. Tres períodos de 2.760 años, o sea, 8.280 años, a partir de 3373
a. de JC, nos llevarían a 11653 a. de JC, es decir, a un año de distancia de la
fecha establecida por los Sabios de <st1:personname productid="la India" w:st="on">la
India</st1:personname>,</div>
<div>
El Codex Vaticanus A-3738 contiene una cronología azteca muy
significativa, según la cual el primer ciclo concluyó con un diluvio, tras
4.008 años de duración. El segundo ciclo de 4.010 años finalizó con un huracán.
La tercera Era de 4.801 años terminó con incendios. Durante el cuarto período,
que duró 5.042 años, <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la
Humanidad</st1:personname> padeció hambre. <st1:personname productid="la Era" w:st="on">La Era</st1:personname> actual es la quinta: comenzó en 751 a. de JC</div>
<div>
La duración total de los cuatro períodos
mencionados en el Codex es de 17.861 años; su
comienzo se halla en la fecha, increíblemente remota, de 18.612 años a. de JC<br />
El obispo Diego de Landa escribía, en 1566, que en su tiempo los mayas
establecían su calendario a partir de una fecha que venía a corresponderse con
el 3113 a. de JC, en la cronología europea. Afirmaban que antes de esta fecha
habían transcurrido 5.125 años en ciclos anteriores. Esto fijaría el origen de
los primitivos mayas en el año 8238 a- de JC, fecha muy próxima a la del
cataclismo atlante.</div>
<div>
Sobre la base de todas estas
fechas, que nos proporcionan una indicación para la de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>, cabe
formular la hipótesis de que, hace millares de años, <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la Humanidad</st1:personname> disponía ya de
considerables conocimientos de astronomía, dignos de una elevada civilización.</div>
<div>
El día más largo del calendario
maya contenía 13 horas, y el más corto, II. En el antiguo Egipto, el día más
largo tenía 12 horas y 55 minutos, y el más corto, 11 horas y 55 minutos,
cifras casi idénticas a las de los mayas. Pero lo más asombroso de estos
cálculos es que 12 horas y 55 minutos no es la duración real del día más largo
en Egipto, sino en el Sudán. Tratando de explicar esta diferencia, el doctor L.
Zajdler, de Varsovia, formula la suposición de que
este cálculo del tiempo provenía de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> tropical (13).</div>
<div>
El arqueólogo Arthur
Posnansky, de <st1:personname productid="La Paz" w:st="on">La Paz</st1:personname>, Bolivia, hablando del templo inacabado del
Sol en Tiahuánaco, afirma que la construcción fue
súbitamente abandonada hacia 9550 antes de JC. La fecha nos es ya familiar. ¿No
le habían dicho a Solón los sacerdotes de Sais que <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> pereció en 9560 a. de JC?</div>
<div>
Según el sabio soviético E. F. Hagemeister, la ciencia puede afirmar lo siguiente respecto
a la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la
Atlántida</st1:personname>: «El fin de <st1:personname productid="la Era" w:st="on">la Era</st1:personname> glacial en Europa, la aparición del Gulf Stream y la desaparición de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> se
produjeron simultáneamente hacia el año 10000 a. de JC»<br />
Pero no todos los sabios enjuician de la misma manera el problema de <st1:personname productid="la Atl£ntida. Algunos" w:st="on">la Atlántida. Algunos</st1:personname>,
a despecho de las evidencias, rechazan toda la teoría; otros, tratan de situar <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> en el
Mediterráneo, e incluso en España o en Alemania. No hace falta subrayar que no
es ésta <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname>
de Platón y de los sabios egipcios, que la situaban «ante las Columnas de Hércules,
en el mar Atlántico».</div>
<div>
En la sección egipcia del museo del
Louvre, he visto un dibujo esculpido, sin letrero
explicativo, en un lugar poco visible, junto a una escalera. Sin embargo, no me
fue difícil reconocer en él el Zodíaco de Dendera.</div>
<div>
Esta antigua reliquia egipcia constituía
en otro tiempo parte del techo de un pórtico del templo de Dendera,
en el Alto Egipto. Fue llevada a Francia por Lelorrain
en 1821.</div>
<div>
Durante generaciones enteras, el
calendario de Dendera ha constituido para los sabios
un enigma indescifrable. Los signos del Zodíaco están colocados en espiral, y
los símbolos son fáciles de reconocer; pero Leo se encuentra en el punto del
equinoccio vernal. Teniendo en cuenta la precesión de los equinoccios, ello
indicaría una fecha entre 10950 y 8800 a. de JC, es decir, el período mismo en
el curso del cual se produjo la catástrofe de <st1:personname productid="la Atl£ntida." w:st="on">la Atlántida.</st1:personname></div>
<div>
El Zodíaco de Dendera
es, sin duda, de origen egipcio, pero podría haber sido esculpido en
conmemoración de un remoto acontecimiento, el fin de <st1:personname productid="la Atl£ntida" w:st="on">la Atlántida</st1:personname> y el
nacimiento de un nuevo ciclo.</div>
<div>
</div>
<div>
<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<i>fragmento de LOS SECRETOS DE <st1:personname productid="LA ATLANTIDA" w:st="on">LA ATLANTIDA</st1:personname> - Andrew
Thomas</i></div>
</div>
Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-67800528716102747912014-10-03T19:01:00.001-07:002014-10-03T19:01:35.019-07:00¿De verdad sabemos cuándo 'descubrió' Colón América?<span style="color: black; font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 10.0pt; mso-ansi-language: ES-AR; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: "Times New Roman"; mso-fareast-language: ES-AR; mso-themecolor: text1;"></span><br />
Aunque la fecha más conocida del 'descubrimiento' de América es 1492, esta podría ser en realidad, la fecha del 'descubrimiento' de las islas Bahamas (Guanahaní en la lengua de los taínos o arahuacos); pero no la fecha del 'descubrimiento' de América.<br />Ocurre que, a lo largo de la Edad Media, los europeos habían explorado las así llamadas 'Islas Occidentales' del norte de Europa. Por esta ruta -conocida también como 'ruta del bacalao'- diversos pueblos pudieron llegar hasta Groenlandia y Norteamérica. (Los continentes están más próximos entre sí en las latitudes cercanas al Polo Norte o al Polo Sur).<br />El problema es que siempre pensaron que estaban dentro del espacio europeo, nunca sospecharon que podían estar en otro continente. Uno de estos exploradores pudo ser, en el año 1477, el mismo Cristóbal Colón, quizás bajo otro nombre. Lo cierto es que Colón contó a su hijo Diego, que en 1477 había navegado hasta Thule (Islandia), y desde Thule, 100 leguas en dirección al oeste, es decir que pudo llegar a Groenlandia (que geográficamente es parte de América). Por otra parte, parece que Colón pudo explorar las tierras del Ártico junto el navegante portugués Corte-Real en 1476.<br />La diferencia entre Colón y los demás navegantes fue que Colón pensaba que esta ruta lo llevaría a otro continente, aunque no sospechaba que ese otro continente, podía ser América, sino Asia, con sus fabulosas riquezas. El problema de la época era encontrar una ruta corta desde Europa hasta 'las Indias' (Asia); no 'descubrir América'.<br />
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<br />
<br />
<img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4W4PrY61aGNKpBIYOVm0qqv1luSftAt8hkCY3UjQRo_MkHHgJ_N4pLqwU_JQFM7THMHqNDCSOpPV3Tx-cpNWQF-R1BfMOVoLUm37SAytjJlbGJ4S3iUywnbI3P2WGqTbpJEx7sgk6g7Fb/s320/image001.png" /><br />
El otro dato interesante proviene del Almirante turco Piri Reis, que vivió en el siglo XVI. Piri Reis dice, por un lado, que consultó los mapas -hoy perdidos- de Cristóbal Colón y de algunos navegantes que viajaron con Colón. Lo cierto es que el mapamundi de Piri Reis es tan completo y prolijo que solo lo pudo haber hecho teniendo a la vista los mapas colombinos, ya sea los de Cristóbal Colón, Bartolomé Colón o Juan de la Cosa.<br /><br />
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMB4gl_h9X5xcb-ednn1oK0PEwDgJt9NyInwT0yuQ0BxuTSb0XZuymklXYpQZxfD_AyZ8x-dZbV0ro615McP5clIhSNOPWU28-G29UoV369JYn8H7TZ5E-q0ieR2A6OgDIJxYgbmk485hY/s1600/image003.jpg" imageanchor="1"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMB4gl_h9X5xcb-ednn1oK0PEwDgJt9NyInwT0yuQ0BxuTSb0XZuymklXYpQZxfD_AyZ8x-dZbV0ro615McP5clIhSNOPWU28-G29UoV369JYn8H7TZ5E-q0ieR2A6OgDIJxYgbmk485hY/s320/image003.jpg" /></a><br />
<i>Croquis realizado en 1976 del mapa de Juan de la Cosa, cartógrafo de la expedición de Colón, hacia 1500.</i><br /><br />
<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSQAgL_RI_4w-AqxKAyr09xrZeq5mc4KLYdICsrz1movbR2RrZXp3xJWrcmR5-GDh7_DnPefRNZCxxHYReUogYW5r8vlP4ylrD6ovqwi1EYppqMQCWDhmIyZvxYt_lKoNv3vFdkU5XYWgn/s1600/image005.jpg" imageanchor="1"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSQAgL_RI_4w-AqxKAyr09xrZeq5mc4KLYdICsrz1movbR2RrZXp3xJWrcmR5-GDh7_DnPefRNZCxxHYReUogYW5r8vlP4ylrD6ovqwi1EYppqMQCWDhmIyZvxYt_lKoNv3vFdkU5XYWgn/s320/image005.jpg" /> </a><br />
<i>Mapa de Piri Reis de 1513.</i><br />
<br />
La otra afirmación de Piri Reis es que Cristóbal Colón 'descubrió' América en 1481. Existen otras fuentes contemporáneas de Colón, que dicen que el 'descubrimiento' realizado por Colón tuvo lugar en 1483. Otras fuentes hablan de un 'piloto desconocido' que pudo ser el mismo Colón o un navegante que viajó con Colón o se adelantó a Colón. Antes de llegar a las Bahamas en 1492, Colón pudo tocar las islas Bermudas, en 1483.<br />Por último, existe toda una serie de mapas de los años 1480, y hasta un globo terráqueo (el de Martin Behaim) en su mayoría pertenecientes a la 'Escuela de Portugal', donde se observa una península en el extremo este de Asia -llamada 'Tercera India'- que tiene un evidente parecido con América. A esta 'Tercera India' Martin Behaim le dedicó todo el hemisferio oriental de su globo, en el que Magallanes dijo haber visto el estrecho que lleva su nombre antes de 'descubrirlo'. <br />Dichos mapas -algunos de ellos realizados por el hermano de Colón- serían los verdaderos mapas del 'descubrimiento' o 'predescubrimiento', porque está claro que Colón no iba a arriesgar su vida por un camino totalmente desconocido en 1492. Lo que hace Colón en 1492 es encontrar unos monarcas que patrocinen su proyecto.<br /><br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEf7c75h3ZODfw4ygbGhqAlBQMemGA7iS7rzfHigybM0CK2G9r4tdkbPT9aoTgnVkfkRTxu4dWyIVXum_jrYdNxQWn6q1IPzeHd76Km9-qtfwx1yDUTbXWOi0N12m722lejYRzZHg8ipCR/s1600/image007.jpg" imageanchor="1"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEf7c75h3ZODfw4ygbGhqAlBQMemGA7iS7rzfHigybM0CK2G9r4tdkbPT9aoTgnVkfkRTxu4dWyIVXum_jrYdNxQWn6q1IPzeHd76Km9-qtfwx1yDUTbXWOi0N12m722lejYRzZHg8ipCR/s320/image007.jpg" /> </a><br />
<i>Mapa de Martellus, con Groenlandia fusionada con Europa y América con Asia. Queda sugerida la hipótesis de que Groenlandia (al norte de Europa) y Tartaria (Asia) se comunican por el norte. La ruta más corta para pasar de un continente a otro. Años 1480.</i><br />
<br />
<br />
<div style="text-align: right;">
<i> fuente:indiberya,causa comun </i></div>
<i><br /></i>Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-43076716591365579602014-10-02T08:19:00.000-07:002014-10-02T08:20:45.318-07:00España: único país europeo con licencia genética para escindirse del despropósito del N.O.M.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrXgHNw7Aod1ifeO5wdKXaZohlWJEibVYpUHXk3RXZK6layByP5zwxtXjHNSVucKrbxw9nqBetpEug0MaKwstAH_QMQNMhSdgrqtRqOPhGicW5Te3XJ5yXuFkCBrXoSj-8whuymh3O3ywS/s1600/9173.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgrXgHNw7Aod1ifeO5wdKXaZohlWJEibVYpUHXk3RXZK6layByP5zwxtXjHNSVucKrbxw9nqBetpEug0MaKwstAH_QMQNMhSdgrqtRqOPhGicW5Te3XJ5yXuFkCBrXoSj-8whuymh3O3ywS/s1600/9173.jpg" height="226" width="320" /></a></div>
<br />
</div>
<div align="center">
<i>Guillermo Hernández Barbosa</i> </div>
<div>
<br /></div>
<div>
19 de Junio de 2.012 (Día 21 de la Luna 12ª, un palíndrome del 12:21/2012) se hace pública la decisión de la intervención y el rescate total de España por parte del BCE y el FMI. Es un día <b>9</b> Ik, en el Tzolkin maya, 9 Viento (Kin 22), que significa: ‘<b><u>Comunicando</u></b> el soplo y el sentido de la Vida’ y en su versión opuesta significa: ‘obstruyendo el flujo del soplo vital’. Recordar que el 11 de Marzo de 2.004 (no por casualidad a 512 años de 1.492: Fundación de España y descubrimiento de América), fue un día <b>5</b> Ik (Kin 122), que significa: ‘Entrando al <b><u>núcleo</u></b>-esencia del sentido de la vida’, siendo su significado opuesto: ‘Separando la Esencia del sentido espiritual de la Vida’. ... </div>
<div>
Ese día, España recibe un duro golpe contra la vida, en su núcleo mismo: Atocha, el punto de encuentro de todas sus ramificaciones, su fuerza espartana (la atocha es la mata del esparto). El Cinco y el Nueve en maya son dos Principios de Ley binarios que conforman la Quinta Ley de Creación y por tanto, se dan sorpresas entre ellos. Así que hay un hilo de comunicación entre los dos eventos. Con sorpresa encuentro que entre las dos fechas existen 8 años + 100 días de distancia. ¿Recuerdan los dos pasados tránsitos de Venus? Exactamente a 8 años de distancia el uno del otro en 2.004 y 2.012 respectivamente, siendo que los tránsitos de Venus siempre trajeron impulso a las comunicaciones. Pues ni más ni menos, España ha recibido desde el <b><u>Núcleo</u></b> de Gobierno Europeo, la <b><u>comunicación</u></b> de lo que ya se venía cociendo y preparando para su colapso como Estado: Así sea desde la incongruencia, los seres humanos no hacemos más que actuar en el marco que la Energía nos permite. Estos señores del orden oscuro con seguridad para nada van a tener en cuenta un código como el maya, pero lo simpático es que resultan ejecutando acciones inversas a los potenciales en pro de la vida que nos brinda a cada día el orden solar y galáctico. Con este preámbulo vamos al punto del título. </div>
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Lo dijeron más de una vez los voceros de los intereses intervencionistas: <i>España no será intervenida porque es demasiado grande para ser rescatada</i>; pero ya veis, eso no ha sido impedimento y no por el monto inicialmente solicitado por su presidente (100.000 millones) sino por una cifra de cuatro a seis veces más elevada. Esto nos hace recordar cuando en el Congreso norteamericano durante 2.008 se hablaba del monto a entregar a los banqueros como salvataje, destinados a la compra de activos basura, el cual finalmente se aprobó el 1º de Oct./08 en 700.000 millones de dólares. </div>
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Hasta el momento Estados Unidos ha destinado cerca de $2,48 billones para la estabilización de las compañías financieras y el rescate de las automotrices locales. Esto no incluye los costos de los préstamos de capital de trabajo para General Motors Corp. y Chrysler LLC o el nuevo programa de garantía de autos del gobierno anunciado el lunes. Meena Thiruvengadam (31/03 2009). «Los rescates del gobierno de EE. UU. suman $2,48 billones, según supervisor del programa». The Wall Street Journal. http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Estabilizaci%C3%B3n_Econ%C3%B3mica_de_Urgencia_de_2008 Consultado el 4 de abril de 2 009. </div>
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Es decir, que siete meses después, el monto inicial que ya fue de escándalo público, se había incrementado casi cuatro veces.</div>
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Ojalá los españoles recordasen sus memorias ancestrales de cómo llegaron a conformarse como un pueblo reunido y elegido para una gesta de orden genético-evolutivo; pudieran recordar que durante los años 1.070 A.J hasta 1.492 D.J treinta y siete etnias procedentes de tres continentes se dieron cita en la península para disputarse y repartirse el territorio y finalmente acordar a punta de invasiones y agresiones ser un país y un pueblo con nueva identidad. Alguien pudiera creer que estas son cifras de tiempo son simplemente históricas, recogidas por los historiadores. Y no deja de ser irónico, que sea con el código de Tiempo resguardado por los mal llamados “indios” que en América encontraron (que no son indios por no ser hindúes) como se viene a comprender la historia poblacional de la península ibérica: El Ciclo Maya de Tiempo de trece baktunes contempla 5.125,36 años de 365,242 días (año promedio trópico maya). Dado que entre 1.492 y el 2.012 hay 520 años, es un indicador que induce a preguntar a lo maya si existe tal sub-ciclo en la cuenta maya; la respuesta es afirmativa; correspondiendo los trece baktunes a 5.200 tunes de 360 días cada uno, 520 es la décima parte; si 520 tun lo reducimos a años, resulta cada sub-ciclo de 512,5 años. Ahora, tomad seis de ellos: 512,5 x 6 = 3.075 años, a los cuales restamos 2.012, da el año 1.063 A.J, al cual se sumamos 8 = 1.071 A.J Justo la época para la cual llegaron las primeras embarcaciones fenicias con íberos, griegos y euro-asiáticos a bordo; entre ellos, los íberos procedían de los actuales territorios de Siria (Nairi, capital Gutiun) y Líbano (Ethea, capital Gadez) actuales; ellos recordaban que la tierra adoptiva de sus ancestros era Iberia, la península (más antiguamente territorio insular atlante). Así se dio inicio, huyendo a las guerras entre pueblos azuzador por sus dioses dominadores, al repoblamiento de la Península Ibérica, era el año 1.070 A.J. En el caso específico de los íberos descendientes en el medio oriente y que retornaron después de siete milenios a los dominios que sus ancestros llegasen a habitar en lo que ahora llamamos península ibérica, como tartesos y karistios (navegantes ocas), la decisión de realizar tal éxodo fue motivado por el intento de huir a la guerra de exterminio que un pueblo desconocido y nómade les impuso para desalojarlos de su territorio; ese pueblo belicoso se hacía llamar Israel, que reclamaba los derechos sobre la tierra que ellos llamaban Canaán, supuestamente, su tierra prometida. Dicha prolongada guerra duró por más de 700 años, hasta cuando los israelitas son tomados prisioneros y encerrados en las murallas de Babilonia, donde permanecieron por cerca de 70 años y de donde fueron liberados circunstancialmente por los persas (actuales iraníes; paradojas que tiene la historia; Israel de ahora desea declarar la guerra a Irán, sus antiguos libertadores; pero también a Siria y al Líbano, a los que no pudieron vencer en el pasado) y asilados en Jerusalén, a la cual adoptan como su ciudad. Aquel pueblo que se auto-identifica como Israel (el pueblo de Jacob/Tutmosis III y por tanto, receptor del conjuro de Esaú a quien Jacob robó su trono con la ayuda de su madre Rebeca, engañando a Isaac), fue el mismo del éxodo con Atón Mosés, quien intenta disuadirlos del culto al mal llamado dios Amón de los egipcios y a todos los demás dioses impostores, cosa que no pudo lograr, pues ese pueblo decidió ser adorador del becerro al cual esculpieron en oro e idolatraron bajo el nombre Yahveh/Jehová; luego de diez años en el desierto no quisieron seguir a Moisés como su líder espiritual, ante lo cual Moisés les deja libres en el desierto de Sinaí y parte solo hacia Jordania; ya para entonces ese pueblo se ha convertido en adorador de yahveh (el Ishkur de los sumerios, cuyos territorios asignados en el reparto de los annunakis, eran los Andes suramericanos, donde se le conocía como el dios de las tormentas, del rayo y el tridente); es este el e.t. que les alimenta desde una nube parlante y les guía 30 años después de la partida de Moisés hacia Jordania y les conduce a pelear por la tierra de Canaán, contra un pueblo adorador de su acérrimo enemigo primo Marduk/AmónRa/Baal/Zeus/Júpiter, e.t. adorado en Egipto faraónico, Babilonia, Grecia y posteriormente en Roma; para los españoles les será fácil reconocerle en uno de los dos leones que tiran del carruaje de su querida diosa Cibeles, el otro es el padre de Marduk, Enki/Ptah/Ea, el llamado señor de la tierra Gea.</div>
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A este éxodo a partir del 1.070 A.J desde lo más oriental del Mar Mediterráneo le sigue una saga de éxodos de otros pueblos de diferente procedencia en Asia, toda Europa y norte de África, todos extrañamente con destino la península ibérica, como si otros sitios no fueran apetecibles, sino el extremo más occidental del mundo conocido. Las Líneas de Tiempo entraban en resonancia con las Líneas de la Geometría terráquea, un dictamen en el orden de las frecuencias, tal parece había impactado la genética de pueblos que de alguna manera sintieron el llamado a ponerse en marcha durante un lapso de tiempo de cinco veces 512,5 años, la mitad del ciclo de cuenta maya. Una vez hecho el cocido genético en el crisol peninsular, España y Portugal están listos para hacer familia en América, a partir de 1.492 para España (décadas antes para Portugal, influenciado por los Templarios y los kataros necesitados de huir de Europa, en realidad de huir de la inquisición vaticana); pero no es nada casual que 1.492 diste 520 años del 2.012, final de una cuenta maya, para que se cumpla la Voluntad Galáctica para este momento cuando nuestro Sistema Solar Pleyadiano atraviesa el Ecuador galáctico, cosa que ocurre cada 512.536 años, es decir, cien veces la cuenta maya de 5.125; son fractales de tiempo como expresión de las Frecuencias de cómo se guarda en la memoria del ADN-ADM los instructivos de Luz: en mini-celdas de 8x8x8 bytes = 512, razón por la cual, en música, el DO natural central es de 512 hertz o vibraciones por segundo.</div>
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La historia reciente la conocemos, o mejor, la hemos estado redescubriendo debajo de las versiones amañadas que para cada caso nos ha preparado el sistema de domesticación oficial. Hoy sabemos por ejemplo y para no alejarnos del tema, cual ha sido la cuna del sistema bancario y por tanto, quien está detrás de todas las operaciones financieras, incluyendo las bancarrotas y todos los despropósitos en especial desde 1.870. Ahora, después de 351 años de actividad con el papel moneda, se trata de ejecutar dos enterramientos en el mismo hueco: Los Estados y el dinero físico, ambas creaciones humanas como herramientas de dominación; lo único en contra de los usureros es que se les agotó el tiempo para aplazar la ejecución. Desconocemos las razones por las cuales no lo han ejecutado antes, aunque lo hayan intentado; la debacle de la URSS es muestra de ello ya que fue uno de sus engendros al igual que el eufemísticamente llamado comunismo. Como sea, su plan sigue en pié y en ejecución. El pueblo que hoy llamamos español obedece a la Re-unión de otros pueblos con lazos genéticos en común, complementarios, a ser unido con otra síntesis genética realizada en América con gente atlante, lemuriana y del continente de Mu. Además, el territorio peninsular no forma parte de la placa tectónica europea, sino de la placa tectónica atlante de la cual también forma parte México, toda centro América y partes de norte y sur América. Cuando los pueblos siguieron el mandato del éxodo hacia Iberia, ya estaba implícito un desacato a las autoridades imperiales para entonces establecidas aunque de manera inconsciente; el buscar en el occidente europeo sus orígenes era una manera de dar la espalda a las metrópolis imperiales sucesivas de la época: Babilonia, Egipto, Grecia, Roma; de tal manera que aquel imperio que se expandió a nivel mundial con su propuesta materialista y que ahora se pretende hegemónico, es el mismo que ha estado socavando las bases de sus propias creaciones ya al final del ciclo que le ha sido propicio: Estados y sistema dinero, que ya no le sirven para su nueva etapa, la del Nuevo Orden Mundial. En este sentido, el Estado que menos les interesa es aquel que históricamente fue formado por quienes obedecieron el mandato de unirse como pueblos, es la razón por la cual, España, resume como crisol genético, los intereses de todos los pueblos que contribuyeron con su sangre y su genética a su formación y eso puede saltar en cualquier momento desde la memoria colectiva inconsciente a la Consciencia activa de quienes se ven y se sientes acorralados por personajes y entes de poder a los que nunca presintieron como enemigos, quizá por el desconocimiento de otras agendas que mueven sus hilos de manera soterrada. Asistimos al tiempo de las verdades, Apocalipsis le llama El Juicio, tiempo en el cual muchas máscaras caen y descubren rostros que se nos presentaban como amigos y hasta como salvadores. A España y Portugal les quedan seis meses, desde la fiesta de San Juan hasta el otro solsticio, el del invierno, para decidir realizar su Proyecto como Pueblo, justo desde el 23 de Junio de 2.012, Enlazador de Mundos Cósmico (13) Blanco, para morir con consciencia a todo aquello que NO ES, y trascender hacia un orden superior y el 21 de Dic./2.012, un día 12 Maník, final de esta cuenta maya intermedia, para la Realización Espiritual de la Humanidad, alcanzando la Universalidad entendida como cooperación y hermandad entre los pueblos. España debe unir su acción e intención con la gente consciente y consecuente de todos los pueblos que le conformaron como crisol genético, con los pueblos con quien hizo familia en América, pero no para seguir saqueando sus recursos, que es lo que hacen las empresas adeptas a la agenda oscura materialista. Sólo así España y Portugal tendrán la fuerza para plantear otra ecuación de equilibrio con resolución diferente a la de la esclavitud, a la guerra, a la depredación. Esta propuesta la puede lanzar con validez cualquier pueblo de la tierra, pero si lo hacen España y Portugal, -por lo que ellas representan en su unión con América, de la cual se parieron los hijos de la tierra con la nueva mutación biológica, que los antiguos predijeron como nacimiento de la Raza Verde o de síntesis-, lo lanzan por los hilos de la verdadera ATOCHA de los hilos genéticos de Luz de la Humanidad. No cualquier tierra ni cualquier pueblo fue puesto a realizar esta función hace 3.075 años y solo existe un pueblo sobre la tierra a quien se le encomendó esta sagrada tarea. Ya desde el 2.004 lo expresé en conferencias desde el mismo momento en que por primera vez llegué a España, el 14 de Marzo de 2.004, era el año 512 desde el descubrimiento y yo era tan solo un portavoz de un mensaje desde La madre América, que debía ser dicho en la península, en casa del padre y así se hizo y se repitió durante seis años; luego he insertado en mi libro ‘Retorno A-Malla’ un capítulo con el texto de esa larga conferencia y hoy al abrir internet, me encuentro con esta noticia de la intervención financiera en España; pero adicionalmente quien la escribe o comenta llega a la misma conclusión y sugerencia: España no está en la obligación moral ni mucho menos ética de obedecer los dictámenes de sus esclavistas contemporáneos, cuando tiene horizontes por explorar si quisiera cambiar de óptica, quitarse las gafas de la miopía histórica materialista para recuperar la memoria de su GESTA, la que le dio sentido a su existencia y le recuperará su rol en el Plan Divino de la Humanidad; de lo contrario, veremos con dolor el colapso del único país que sin pretenderlo llegó a conformarse con 52 provincias (4 x 13: la Justa Medida para Trascender, un número humano por excelencia, fractal de 260, de 520, de 5.200). Estados Unidos pretendió llegar a colocar 52 estrellas en su bandera como estados asociados y no lo logró. Y como 52 es número del ciclo humano y aquí estamos tratando sobre la línea de tiempo con la cual aún contamos para mover fichas en el ajedrez planetario; en lo micro: un tiempo (52 días) + dos tiempos (104 días) + la mitad de un tiempo (26 días) = 182 días, exactamente la mitad del año, los días entre dos solsticios; la mitad de 364 que es un Fa# en la escala musical, la nota del Timo, del niño-a interior en alegría, la puerta del Corazón que emite la nota Fa. España y Portugal deben emitir la Nota, el paso tránsito en armonía entre un discurso y otro a través de una disonancia -o para salir de ella-, así se hace en música clásica. España tiene la oportunidad para mostrar el camino de disonancia con el NOM, para recuperar en Armonía la partitura de la Vida en la que vinimos inscritos. No somos hijos de los annunakis, ni de los linajes de parásitos que nos dejaron como faraones, emperadores, césares, reyes, papas y demás chupasangres; Somos Hijos de Dios PADRE-MADRE y nos debemos al Plan Divino de La Luz que el Gran Espíritu trajo a estos mundos del Tiempo. No más miedo, es la medicina para la enfermedad del Engaño. No diré que sea fácil, pero tampoco que sea imposible, todo depende de qué precio estemos resueltos a pagar por La Libertad para realizarnos como Seres Espirituales.<div></div>
Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-557038933021672193.post-77141881909486643692014-10-02T07:43:00.000-07:002014-10-02T07:43:10.195-07:00La Locura Del Ego Un Extraordinario Paralelo Budista Gnóstico<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU2fP1DXETXZUm5lRUE1k09byDrFwD1GLJA823qHBKJfstkpc73fQNeAmmHyEKwxZCDAWWghcuI33xINkXIDedb1RW9VEZIV9-JAg3INwZ20PF7GR6X3BvY5PO-2bqXvfVogZ50D6sRZoG/s1600/5544.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhU2fP1DXETXZUm5lRUE1k09byDrFwD1GLJA823qHBKJfstkpc73fQNeAmmHyEKwxZCDAWWghcuI33xINkXIDedb1RW9VEZIV9-JAg3INwZ20PF7GR6X3BvY5PO-2bqXvfVogZ50D6sRZoG/s1600/5544.jpg" height="248" width="320" /></a></div>
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<i> John L. Lash</i></div>
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<st1:personname productid="La Locura" w:st="on"><i>La Locura</i></st1:personname><i> del Ego revela un extraordinario paralelo gnóstico-budista: el demente dios alienígena Yahvé es equiparado con un demonio o entidad delirante de los budistas, por medio del uso de citas textuales.</i></div>
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<i>Hay una contundente evidencia para aquella cercana correlación y quizá fertilización histórica cruzada entre budismo y Gnosis.</i></div>
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<i>Así describe resumidamente el propio autor, el erudito señor Lash, desde su sitio metahistory.org, el asunto de este texto que ahora presentamos en castellano por lo atrayente que pueda resultar para los interesados en los temas gnósticos y en sus núcleos temáticos mitológicos, además obviamente de aportar al acervo de cualquiera persona que se cultive de modo general.</i></div>
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<a name='more'></a><br />
El mito gnóstico de <st1:personname productid="la Creaci?n" w:st="on">la Creación</st1:personname> ha sido llamado "teología de ciencia-ficción" debido al modo en que presenta el material teológico en un simbolismo fantástico, propio de la era espacial.</div>
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La figura de ciencia-ficción más llamativa en la cosmología gnóstica es Yaldabaoth, el demiurgo o falso dios creador. Gnósticos como Marción identificaron a Yaldabaoth con el dios creador masculino del Antiguo Testamento, Yahweh, y por consiguiente negaron a aquella entidad cualquier papel en la buena dirección de <st1:personname productid="la Humanidad." w:st="on">la Humanidad.</st1:personname></div>
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Al contrario, Yahweh-Yaldabaoth es una deidad demente, un dios que trabaja contra <st1:personname productid="la Humanidad. En" w:st="on">la Humanidad. En</st1:personname> la revisión gnóstica del Antiguo Testamento, está claro que el status monoteísta exigido por Yahweh es debido a la locura del pseudo-dios.</div>
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¿Pero qué debemos hacer con este caso único de locura cósmica?.</div>
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<b><br />Accidente Cósmico</b></div>
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<st1:personname productid="La Hip?stasis" w:st="on">La Hipóstasis</st1:personname> de los Arcontes y otros tratados cosmológicos describen cómo Yaldabaoth surge del caos de la materia elemental debido al impacto del eón Sofía en las "aguas inferiores", el reino de los brazos de la galaxia fuera del núcleo galáctico (Pleroma).</div>
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El descenso de Sofía desde el núcleo produce un "aborto" o nacimiento prematuro en los reinos elementales. Normalmente, las formas de vida que aparecen en los mundos estelares de los brazos de la galaxia son emanadas desde dentro del Pleroma, infundidas y conformadas por el diseño divino antes de que ellas se manifiesten.</div>
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Pero los Arcontes producidos por el impacto de Sofía surgen sin haber sido prefigurados por los dioses plerómicos. El "aborto" es un bodrio amorfo, como un feto prematuro, con sus órganos incompletamente formados y con sus facultades atrofiadas.</div>
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¿Puede el descenso de Sofía ser considerado como un accidente cósmico?. Quizá, en cierto modo, puede serlo.</div>
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Los accidentes suceden en el cosmos en general. En los comentarios al Mito de Gaia he sostenido que el Descenso de Sofía puede ser una descripción mitopoyética de un aumento de tensión desde el núcleo galáctico. Los científicos han descubierto recientemente en la galaxia un canal parecido a un túnel, extendiéndose directamente desde el núcleo de la galaxia hacia la región de los brazos envolventes donde el (nuestro) Sistema Solar está localizado.</div>
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Tal aumento de tensión es central en la teoría del doctor Paul LaViolette de la super-onda galáctica o descarga cósmica de rayos. LaViolette sostiene que como la "descendencia" de las estrellas se establece alrededor del núcleo galáctico, su gravitación se hace más profunda y su temperatura interna y energía aumentan hasta un nivel máximo:</div>
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La emisión de energía desde el núcleo galáctico finalmente llega a ser tan grande que se desarrollan inestabilidades que hacen que explote.</div>
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Durante este modo activo temporal, su luminosidad aumenta en millones de veces, y libera una intensa descarga de partículas de rayos cósmicos y radiación de alta energía que viaja radialmente hacia el exterior en forma de una cáscara en expansión llamada una super-onda galáctica (Genesis of the Cosmos, p.93).</div>
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Huelga decir que éste es un acontecimiento extremadamente violento con consecuencias letales y catastróficas masivas - según la visión de LaViolette, en todo caso. En mi revisión del mito gnóstico, doy por hecho que el cosmos entero está vivo, animado y animando. Una super-onda galáctica, o sobrecarga desde el núcleo galáctico, podría no ser una descarga letal de rayos cósmicos, después de todo.</div>
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Esto podría ser una oleada de fuerza divina de vida, incluso una efusión de una inmensa ternura, o una ondulación de deseo cósmico. Así es ciertamente cómo la mitología gnóstica describe el descenso de Sofía.</div>
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El paralelo astrofísico con el mito gnóstico es interesante, pero eso no debería llevarnos a pensar que el mito necesita verificación científica para ser verdadero, o para ser valorado como verdadero. Si hay periódicas oleadas cósmicas desde el núcleo galáctico, haríamos bien en entender tales fenómenos en términos imaginativos, y en lenguaje psicológico, porque así es cómo podemos comenzar a ver la complementariedad de psique y cosmos.</div>
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A primera vista, la narrativa acerca del Demiurgo parece ser un acontecimiento único, aislado, a diferencia de todo lo demás en la mitología mundial. Muchos estudiosos han asumido que la figura de Yaldabaoth es totalmente anómala, un inusitado mitologema [elemento central de un mito] encontrado sólo entre aquellos extravagantes fantasistas, los gnósticos.</div>
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Pero resulta que hay un paralelo exacto de la figura gnóstica del Demiurgo. Se encuentra en las tradiciones sagradas del budismo.</div>
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<b>El Génesis Budista</b></div>
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Éste es quizá el último lugar donde uno tendería a mirar.</div>
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¿Por qué? Porque las enseñanzas budistas no dan mucha importancia a la génesis misma del universo. <st1:personname productid="la Creaci?n" w:st="on">La Creación</st1:personname> no está en la sintaxis budista. Todas las condiciones que se presentan en el cosmos son sólo eso: condiciones que surgen.</div>
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Todas las actuales condiciones, físicas y psicológicas, lejanas y cercanas, interiores y exteriores, provienen de las precedentes, según la ley del "inicio interdependiente", y eso es todo lo que hay. Si el cosmos está en un eterno devenir, es un ejercicio vano tratar de determinar un momento distinguible en la creación.</div>
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Además, el budismo tiende a enfatizar la naturaleza fantasmal de todos los fenómenos; este enfoque es llamado docetismo en el análisis textual gnóstico. ¡El cosmos no sólo es un eterno llegar-a-ser, sino que es también la mera apariencia de un eterno devenir!.</div>
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¿Dónde cabe la noción de Creación en una visión del mundo tal?.</div>
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Sorprendentemente como pudiera parecer, existen algunos indicios de lo que puede ser llamado un mito budista de <st1:personname productid="la Creaci?n" w:st="on">la Creación</st1:personname>, un homólogo budista del Génesis, si usted prefiere.</div>
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Las fuentes textuales son variadas, y tienden a ser en gran parte pasadas por alto en la actual atmósfera de estudios budistas. Lo que más ciertamente es un relato pre-budista de la creación del mundo, puede ser encontrado en fuentes Pali como,</div>
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• el Dighanikaya</div>
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• el Anuguttaranikaya</div>
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• el Vishuddhimagga, "El Camino de Perfección"</div>
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Las obras en lengua Pali pertenecen a una subcategoría de élite de los estudios budistas modernos, de modo que no es sorprendente que estos materiales hayan sido pasados por alto.</div>
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Pero al menos dos textos sánscritos, el Abhidharmakosha y el Shikshasamuccaya, también contienen elementos del Génesis budista.</div>
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Según John Mrydhin Reynolds ("Self-Liberation through Seeing in Naked Awareness") estas fuentes antiguas nos dicen que Gautama, el Buda histórico, explicó a sus seguidores que,</div>
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<span style="color: yellow;">la Humanidad que se encontraba en este planeta Tierra alguna vez habitó otro sistema planetario. Épocas atrás cuando el sol de aquel mundo se convirtió en una nova y el planeta fue destruido por las consiguientes erupciones solares, el grueso de sus habitantes... renació en uno de los planos más elevados del Mundo de las Formas o Rupadhatu, un plano de existencia conocido como Abhasvara o "luz clara".(p.99)</span></div>
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Aquí hay una descripción increíblemente clara de un acontecimiento físico, una estrella convirtiéndose en una nova, combinado con un acontecimiento metafísico, la transmigración de los habitantes de un planeta que rodeaba a aquella estrella hacia otro plano de existencia.</div>
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El lenguaje en uso refleja, en parte, la sintaxis científica corriente de la teoría de la super-onda galáctica de LaViolette. Los científicos saben que las novas son acontecimientos relativamente comunes, mientras que la super-onda es todavía en gran parte teórica. Lo mismo vale para el acontecimiento físico.</div>
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En cuanto al acontecimiento metafísico de la transmigración planetaria, un drama cósmico se despliega ahora.</div>
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<st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">La Humanidad</st1:personname> que habitó ese sistema colapsado fue transportada al plano Rupadhatu debido a su afanosa práctica del Dharma [deberes religiosos], dicen las fuentes antiguas.</div>
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<span style="color: yellow;">Allí "ellos disfrutaron de una inconcebible dicha y felicidad durante innumerables eones" (ibíd.)</span></div>
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Pero cuando aquellas <i>condiciones kármicas</i> expiraron, otro mundo, la actual Tierra, se estaba formando entonces, y algunos de los habitantes llenos de dicha del plano Rupadhatu fueron atraídos hacia allá y comenzaron a renacer en aquella región, aunque no todavía en el planeta emergente mismo.</div>
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El reino intermedio donde ellos encarnaron era llamado Brahmaloka, "<st1:personname productid="la Zona" w:st="on">la Zona</st1:personname> del Creador". (En el mito hindú y en la meta-psicología budista, Brahma es el "dios creador").</div>
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Al principio, los seres transmigradores (que somos nosotros) no comprendieron exactamente dónde estaban ellos o lo que les estaba sucediendo.</div>
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El primero que realmente se despertó y consiguió una percepción de estar en este nuevo reino, inmediatamente dijo:</div>
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<span style="color: yellow;">"Soy el Creador".</span></div>
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La primera entidad habló de esta manera porque las condiciones de conciencia en las cuales vino a verse eran las de <st1:personname productid="la Zona" w:st="on">la Zona</st1:personname> del Creador, Brahmaloka.</div>
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Esta entidad, que era una manifestación de <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la Humanidad</st1:personname>, llegó a creer que "él" era realmente el creador del universo que estaba contemplando a su alrededor. Él no recordaba que llegó desde un mundo anterior que había sido destruido, y él apareció como si hubiera nacido sin ningún padre.</div>
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En ausencia de pruebas contrarias, él cayó en la ilusión de ser el único creador del mundo emergente que estaba contemplando.</div>
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J.M. Reynolds comenta:</div>
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<span style="color: yellow;">En realidad, la manifestación de este universo fue debida al karma colectivo de todos en ese grupo, y a la propia manifestación individual de él, que como un caso de nacimiento fantasmal, fue debida a su propia gran reserva de karma meritorio que llegaba a su maduración en ese tiempo, porque las condiciones secundarias necesarias estaban presentes.</span></div>
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<span style="color: yellow;">Sin embargo, él persistió en su falsa ilusión, en esta idea de que él era el verdadero Creador del universo porque él fue el primer nacido dentro del sistema solar evolutivo y no vio a otros allí antes de él.</span></div>
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<span style="color: yellow;">Pero esta creencia era sólo su limitación y su oscurecimiento, una ignorancia primordial de su verdadero origen.</span></div>
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Todo esto, reconozco, para el juicio de algunos aparenta ser ciencia-ficción de la mejor.</div>
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La correlación punto por punto de los elementos budistas y gnósticos aquí es fabulosa. El "nacimiento fantasmal" del delirante Creador tiene un paralelo con el "aborto" del Mito de Sofía. La falsa ilusión del autoproclamado Creador es idéntica en ambas narrativas. El gnóstico Demiurgo también es "nacido dentro del sistema solar evolutivo" y "no vio a otros antes de él".</div>
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Yaldabaoth es el jefe de los Arcontes, las entidades que son así llamadas porque ellas surgieron primero, antes de que <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>, el hábitat de <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la Humanidad</st1:personname>, fuera formada. La palabra Arconte proviene del griego <i>archai</i>, "origen, comienzo, desde el principio".</div>
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Parece que la zona intermedia, el inferior Rupadhatu, corresponde al caos exterior del mito gnóstico.</div>
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Allí es donde surge el Demiurgo, apareciendo de la nada:</div>
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<span style="color: yellow;">"un caso de nacimiento fantasmal".</span></div>
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Yaldabaoth es ciego (en copto, BILLE) e ignorante de sus verdaderos orígenes. En la narrativa budista como en la gnóstica, la ignorancia primordial del Creador contaminará a la raza humana entera.</div>
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Los paralelos son asombrosos y consistentes, excepto en un punto: Los textos gnósticos no dicen nada sobre el Demiurgo como teniendo "su propia gran reserva de karma meritorio".</div>
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Sin embargo, ellos describen cómo Yaldabaoth y los Arcontes son beneficiarios de la sabiduría cósmica de Sofía, la diosa que los genera.</div>
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El gnóstico Demiurgo es una entidad vacía, parecida a un clon, incapaz de crear algo, pero a pesar de ello la maravilla del mecanismo de relojería del sistema planetario es creada mediante él (y sus agentes) por los poderes ocultos impartidos por Sofía.</div>
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Hay quizás un paralelo aquí, después de todo, pero es ciertamente extraño pensar en <i>el Señor Arconte como una entidad que tiene una provisión de buen karma.</i></div>
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<b>Egolatría Cósmica</b></div>
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La deidad de Brahmaloka es delirante, pero tal vez no tan desquiciada como es retratado siéndolo Yaldabaoth. En ambos casos, el núcleo de la ilusión es el sentido del yo, la creencia en la existencia de un yo duradero.</div>
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Reynolds dice que la ilusión de la despertada entidad fue,</div>
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<span style="color: yellow;">"la primera aparición del ego o la creencia en la existencia real de un yo, en nuestro universo".</span></div>
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La ilusión del ego no es la causa del universo que contemplamos, pero es el factor principal en nuestra percepción errónea del universo. Esta observación concuerda muy de cerca con la teoría gnóstica del error.</div>
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El drama continúa, ya que el resto de <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la <i>Humanidad</i></st1:personname><i> transmigradora</i> no ha despertado todavía a su vida en el sistema del nuevo mundo.</div>
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<span style="color: yellow;">"Por cuanto él fue el primero entre los Brahmas en haber nacido de nuevo en Abhasvara, él llegó a ser conocido como el Mahabrahma o Dios".</span></div>
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Después de existir en un solitario esplendor durante muchos eones mientras "el sistema solar se desarrollaba" (Reynolds), Mahabrahma anheló sujetos para que presenciaran su gloria.</div>
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En el mismo momento en que él sintió este deseo, el karma de los otros no despertados Brahmas maduró, y ellos emergieron desde su sopor en el bardo [en tibetano, estado intermedio o de transición].</div>
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Al instante, Mahabrahma les declaró:</div>
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<span style="color: yellow;">"¡Yo soy Dios, vuestro Creador!".</span></div>
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Esto era absurdo, porque estos seres surgieron debido a su propia maduración kármica y no por una orden de él o su conjuro creativo.</div>
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Mahabrahma entonces,</div>
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<span style="color: yellow;">"organizó a estos innumerables seres que estaban apareciendo en el espacio en torno a él en jerarquías celestes bien ordenadas".</span></div>
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En la narrativa gnóstica, Yaldabaoth, el Señor Arconte, les ordena a sus acólitos parecidos a clones que creen un despliegue virtual (stereoma) de mundos jerárquicos que reflejen el caleidoscopio fractal viviente de las corrientes conscientes y animadas del Pleroma, el núcleo galáctico.</div>
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El Demiurgo sólo puede imitar, él no puede crear u originar. Los textos gnósticos son claramente sarcásticos en la descripción de las jerarquías celestes de los Arcontes, porque para los gnósticos toda esta pretenciosa cursilería celestial no tiene nada que ver con la maravilla de la vida que se desplegará en <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname>, el reino donde Sofía está encarnada.</div>
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<st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">La Tierra</st1:personname> es donde <st1:personname productid="la Humanidad" w:st="on">la Humanidad</st1:personname> surge. Es el hábitat único del Anthropos.</div>
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La enseñanza gnóstica es inequívoca en la diferencia entre las especies producidas por el descenso de Sophia y la especie humana. De manera interesante, la narrativa budista no hace tal distinción. En ella se relata que Mahabrahma llegó a estar rodeado por crecientes números de humanos reencarnados, transmigrantes del mundo cuyo sol se convirtió en una nova.</div>
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Estos Brahmas menores forman su séquito, y ellos creen absolutamente que él es el creador del reino donde ellos ahora se encuentran.</div>
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El mito budista de la creación especifica todas las diferencias entre los seres que surgen alrededor de Mahabrahma y los seres humanos:</div>
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<span style="color: yellow;">"Gradualmente, como el tiempo transcurrió, debido a la presencia de una serie de causas secundarias, algunos de estos Brahmas ingresaron en el ciclo de la existencia material y comenzaron a ser renacidos en la superficie de la recién desarrollada Tierra, primero como animales y luego más tarde como seres humanos"(p. 100).</span></div>
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La narrativa budista le sigue la pista a la <i>transmigradora Humanidad</i> desde un planeta cuyo sol se transformó en una estrella nova hasta <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> que habitamos, un alcance visionario notable.</div>
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A diferencia del símil gnóstico, ella no distingue en el séquito de Mahabrahma entre los seres humanos y los Arcontes, la legión de clones que sigue al Demiurgo. El relato budista no hace ninguna declaración en absoluto sobre entidades no-humanas en el Sistema Solar. La narrativa gnóstica permanece absolutamente única en lo referente a aquel factor.</div>
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Además, la tradición budista asume que <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> pertenece al sistema solar que surge debajo del plano Rupadhatu, pero la tradición gnóstica considera que <st1:personname productid="la Tierra" w:st="on">la Tierra</st1:personname> realmente no pertenece al sistema planetario sino que simplemente está atrapada por él.</div>
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Estas correlaciones gnósticas-budistas son extraordinarias, tanto en lo que ellas divergen como en lo que convergen.</div>
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Hay más reflexiones sobre el creacionismo y el egotismo cósmico, que se encuentran en los trabajos del sabio Nyingma, Long Chen Pa, en la parte concluyente de este ensayo.<br />
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<i><span style="font-size: x-small;">fuente:BibliotecaPleyades</span></i></div>
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Cruzada Australhttp://www.blogger.com/profile/15187615318411402189noreply@blogger.com0